Han sido aliados y rivales durante veinte años. Leopoldo López Mendoza (Caracas, 1972), abogado, descendiente de familia de alta posición, es acusado de ser ególatra y personalista. Su gran carisma, oratoria y su atractivo físico lo hacen, sin embargo, un enemigo peligroso para Henrique Capriles y para Nicolás Maduro. Los dos crearon Primero Justicia en el 2000, pero López lo abandonó en el 2004. Posteriormente militó en Un Nuevo Tiempo, de donde también salió.
Fue alcalde del municipio caraqueño de Chacao hasta el 2008. En ese momento, tenía un nivel de popularidad superior al del propio Hugo Chávez, que vio la amenaza. Cuando intentaba lanzarse a alcalde mayor de la capital, lo que fue visto por toda la oposición como una jugada de la Contraloría, fue inhabilitó a cargo público por cinco años sin sentencia legal.
Sin poder en el horizonte, López se dedicó a fortalecer su propio partido, Voluntad Popular. Su estrella declinaba mientras la de Capriles aumentaba; gobernador y candidato presidencial en el 2012 y el 2013, Leopoldo fue su más cercano aliado pero ambas derrotas terminaron en distanciamiento.
Ahora, Capriles mantiene una línea opositora moderada, pero López dirige un movimiento conocido como #LaSalida, que busca el desalojo del poder de Maduro movilizando a la calle, lo que le ha devuelto popularidad. Falta por ver si el Gobierno actuará contra él y si se irá del país, como muchos otros políticos, ante la obvia adhesión del Poder Judicial de lo que se decide en el palacio de Miraflores.