Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El régimen controla todos los poderes, pero pierde la calle

La Voz

INTERNACIONAL

20 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Después de quince años de Gobierno, el modelo político y económico del chavismo parece estar en jaque, y aunque el régimen controla todos los poderes, pierde la calle, en medio de un liderazgo vacilante, tanto en el Gobierno de Maduro como en la dividida oposición. En medio de este panorama, han resurgido las manifestaciones estudiantiles, que cada día suman más jóvenes.

¿Cuáles son los mecanismos legales para sustituir a Maduro?

Hay cinco: elecciones, su propia renuncia o ausencia permanente, su inhabilitación en un juicio político después de una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; un referendo revocatorio (no puede iniciarse hasta mitad de la presidencia, o sea en abril del 2016), y finalmente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que derogue su mandato. Pero por la cantidad de requisitos previos, todos los caminos institucionales parecen cerrados.

¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses?

Francamente malas. Maduro gobierna en medio de una crisis económica, con la mitad del país en contra (y otro 25 %, la mitad del chavismo dudando de su liderazgo) y sin poder aplicar medidas ortodoxas desde el punto de vista económico, que le alienarían a la totalidad de su público votante. Por otra parte, el sentimiento de «asedio» y «guerra económica» que ha inculcado Maduro en el chavismo puede galvanizarlo y mantenerlo unido, fortaleciéndolo

¿Es probable un derrocamiento violento del presidente?

No es probable. Nicolás Maduro controla las Fuerzas Armadas, al menos sus cúpulas; y tiene mecanismos de violencia no institucional, como los colectivos y la milicia que depende directamente de él. Además, domina dos terceras partes del Parlamento (a pesar de que en las elecciones del 2010 sus correligionarios sacaron solo 49 % de los votos); el Tribunal Supremo y la Fiscalía General de la República. Sin embargo, las protestas en la calle pueden agravar la crítica situación económica y sumar más descontento entre los venezolanos, lo que podría ser aprovechado por facciones del chavismo que consideran que el presidente no está capacitado para dirigir la crisis.