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La tragedia está en marcha

INTERNACIONAL

La radicalización progresa más rápidamente de lo que se pensaba

11 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No está claro cuál es el objetivo que se han propuesto las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk al seguir adelante con su referendo. Aunque parece claro que los federalistas tienen apoyo entre la población local, no controlan un territorio homogéneo y resulta difícil creer que estén en condiciones de culminar con éxito una operación tan delicada como una consulta popular. Posiblemente, solo aspiren a poder mostrar imágenes de colas en algunas ciudades de la región, y que esto permita visualizar que su revuelta es popular y no obra de un puñado de agitadores extranjeros, como dicen sus rivales de Kiev. Sin embargo, el riesgo es considerable. Si la consulta resulta un fracaso total, su posición se verá debilitada, especialmente después de haber ignorado la petición expresa de Vladimir Putin de posponer la consulta. Pero lo que parece un error táctico revela a la vez que la radicalización de las posturas progresa más rápido de lo que se pensaba. El referendo es una huida hacia adelante, aunque ese «adelante» sea la guerra. Un exceso de confianza que pueden acabar pagando caro.

Las autoridades interinas de Kiev ya están pagado caro su propio exceso de confianza. Lo habían apostado todo a una invasión fulgurante, una «blitzkrieg» que les devolviese el control de las zonas controladas por los rebeldes, e hiciese por tanto imposible el referendo. Pero la ofensiva no ha hecho sino desvelar su extrema debilidad. No solo la ofensiva principal ha vuelto a quedarse clavada ante las puertas de Slaviansk, como las dos anteriores, sino que ha terminado por empujar al bando federalista a muchas personas de la zona que hasta ahora eran neutrales. Mientras siguen sin aparecer los «hombres de verde», los supuestos mercenarios rusos de los que se lleva semanas hablando pero que nadie ha visto todavía, esta ofensiva sí ha permitido visualizar con claridad a los «hombres de negro», los milicianos pro-Kiev reclutados entre las organizaciones de extrema derecha.

Las autoridades provisionales han tenido que recurrir a ellos ante la abstención del ejército y la división en el seno de la policía pero, además de ineficaces militarmente han resultado un desastre político porque han terminado de confirmar para muchos rusófonos las afirmaciones de la propaganda pro-rusa de que en Kiev gobierna una «junta fascista». Como sucede con el referendo de Donetsk, puede que esto sea asímismo revelador. Y es que también Kiev está en su propia huída hacia adelante y ya no se preocupa de ofrecer una imagen que despierte confianza en la otra Ucrania.

Ocurra lo que ocurra en la jornada de hoy, la tragedia está ya en marcha.

La radicalización progresa más rápidamente de

lo que se pensaba