Como lo ha hecho en Siria, el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) se sirve del reclutamiento de niños para engrosar sus filas. Es el fenómeno terrorista que, desvinculado desde el año pasado de Al Qaida, se extiende por la región mediante tácticas de extorsión, secuestros, ejecuciones y, también, utilización de menores en atentados suicidas.
Un informe de Human Rights Watch (HRW) ha documentado a través de testimonios en Siria, como los grupos islamistas radicales como EIIL entrenaron a menores en el uso de armas y el desarrollo de misiones suicidas con bombas a través de campañas gratuitas de educación.
Cuando ahora se extienden en Irak, las Naciones Unidas también basado en sus informes del grupo radical en el país, ha puesto la alarma en los menores, una de las partes más vulnerables de los conflictos que no solamente sufren la violencia directamente, sino que están afectado por la muerte de familiares, la destrucción de escuelas y comunidades a las que pertenecen.
Los menores se convierten así en una presa fácil para grupos como los extremistas al mando del iraquí Abu Bakr al Bagdadi.