Desde que el 1 de julio acabó el alto el fuego decidido unilateralmente por el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, Kiev ha endurecido su respuesta militar y ha reconquistado varios bastiones insurgentes. Ayer el Ejército desbloqueó el aeropuerto de Lugansk. Las fuerzas prorrusas negaron que el aeropuerto esté bajo control del Gobierno, pero lo cierto es que, en las cercanías, continuaban los combates en las poblaciones de Mettalist, Olexandrivka, Gueorguiivka y Raskoshna, lo que demuestra que las fuerzas kievitas están rodeando la capital.
Los separatistas prorrusos perdieron 30 efectivos en ataques aéreos de las fuerzas ucranianas sobre Aleksandrovka.
En Donetsk, al menos nueve civiles murieron por culpa del fuego de artillería que las autoridades civiles los leales a Kiev atribuyeron a los separatistas prorrusos. También hubo «varios muertos y heridos entre la población civil» en la localidad de Maryinka, anexa a Donetsk.
El presidente ucraniano anunció un cambio de táctica en la ofensiva contra el este que consistirá en una reducción de la zona geográfica de la operación. Poroshenko destacó «la necesidad de algunos cambios tácticos para reforzar la defensa de las fronteras y proteger a la población civil», pero dice que la fase activa de la operación antiterrorista continúa en Donetsk y Lugansk.