La ofensiva de Israel dirigida a debilitar a Hamás y las milicias armadas no ha encontrado, pese a la notable disparidad logística, achicamiento en los movimientos de las facciones palestinas, que han entrado a luchar contra las Fuerzas de Defensa Israelíes. Los combates continuaron ayer y siete soldados israelíes más murieron en enfrentamientos, elevando las bajas en las filas del Ejército a 25 víctimas. Las muertes se producen después de que 13 soldados fallecieran en una misma jornada. El número ha resultado ser el peor balance de pérdidas entre las tropas israelíes durante un solo día desde la guerra del Líbano en el 2006. El alto número ha impactado en una sociedad y unas FDI de alta cualificación, acostumbradas a contar escasas bajas en sus acciones militares. La institución es considerada «el Ejército del pueblo» al que sirven tanto hombres como mujeres obligatoriamente, así que el imaginario colectivo los siente muy próximos. Otro supuesto embate que también generó inquietud fue cuando, el domingo por la noche, el brazo armado de Hamás, las Brigadas Azedín al Kasem, anunció el secuestro de un soldado a través de la televisión local. El Ejército no confirmó la información, pero el embajador estadounidense declaró ayer que se trataba de «rumores falsos». El hecho recordó la retención de Guilad Shalit en el 2006, que fue liberado en el 2011 a cambio de más de mil presos palestinos.