Oscar Pistorius, no culpable de asesinato premeditado

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La jueza del caso asegura que actuó de manera negligente pero que no hay evidencias que puedan probar, más allá de cualquier duda razonable, que el atleta asesinó de forma premeditada a su novia. El velocista, que se libra de la cadena perpetua, aún podría ser condenado por homicidio involuntario

11 sep 2014 . Actualizado a las 20:54 h.

La jueza del caso asegura que no hay evidencias que puedan probar, más allá de cualquier duda razonable, que Oscar Pistorius asesinó de forma premeditada a su novia. Thokozile Masipa, que ha absuelto al velocista de todos los cargos de asesinato, ha indicado que la acusación no ha conseguido persuadirla de que una persona razonable con la discapacidad del atleta hubiera disparado y ha considerado que éste actuó de manera negligente en el momento de los hechos y que otra persona en su lugar habría actuado de otra manera ante la creencia de que un ladrón había entrado por la ventana de su domicilio.

Las pruebas de la Fiscalía que acusan a Pistorius de asesinar con premeditación a su novia, Reeva Stenkamp, son «circunstanciales» y la acusación no ha conseguido demostrarlo «más allá de la duda razonable», según Thokozile Masipa, durante la lectura del veredicto, todavía no emitido y que se ha aplazado hasta el viernes 12 de septiembre. Rechaza así que el corredor la matara de forma premeditada, no obstante cree que disparó su arma deliberadamente, y no por accidente.

Según la magistrada el acusado no podía prever que acabaría con la vida de la persona que se encontraba detrás de la puerta del baño cuando abrió fuego. «El acusado no puede ser declarado culpable de asesinato», zanjó la jueza, que puntualizó que el hecho de que Pistorius disparara intencionadamente no implica que quisiera matar. «Simplemente no hay hechos suficientes que apoyen este aspecto», ha hecho saber la magistrada durante su declaración, que no supone en modo alguno una absolución para el corredor, que todavía podría ser condenado por homicidio involuntario aunque parece que se ha librado la cadena perpetua. La jueza, al considerar que el atleta no actuó de forma premeditada, está ante dos posibles vías: que sea declarado no culpable al ser en defensa propia, o culpable de homicidio con una condena a decidir por Masipa -que no se conocerá hasta el viernes- ya que es un delito para el que la legislación sudafricana no contempla una pena concreta, aunque sería inferior a 15 años.

Pistorius, capaz de distinguir entre el bien y mal. La magistrada considera que el atleta actuó «en toda conciencia» cuando tomó un arma para disparar contra su víctima. «Él decidió tomar su arma, en otros términos, tomó una decisión en toda conciencia (...) la corte estima que en ese momento, el acusado era capaz de distinguir entre el bien y el mal, y que podía actuar en conformidad con esa diferenciación», declaró Masipa, que también ha señalado que Pistorius «fue un pésimo testigo y se mostró evasivo».

La jueza descarta dos testimonios clave contrarios a Pistorius. La magistrada ha descartado en su veredicto la validez de dos testimonios clave que contradecían la versión de los hechos del corredor, al considerarlos «no fiables». Se trata de una de las principales pruebas de la acusación pública: el testimonio de Michelle Burger y su marido, Charl Johnson, que aseguraron haber oído gritos de terror procedentes de la casa de Pistorius en la madrugada de los hechos antes de un sonido que interpretaron como disparos. La magistrada considera que la distancia a la que se encuentra la vivienda de este matrimonio les impide haber identificado con claridad los ruidos, y se apoyó para justificarlo en el testimonio de un experto de sonido llamado a declarar por la defensa. Además, considera que la pareja debió confundir el sonido de los disparos con los golpes que dio el acusado a la puerta del cuarto de baño con un bate de cricket.

Críticas a las declaraciones de algunos testigos. La jueza ha asegurado que «han sido incapaces de discernir entre lo que sabían de primera mano, lo que escucharon de oídas y lo que escucharon en los medios de comunicación».

La jueza considera «insignificante» la posible contaminación policial de las pruebas. La juez ha determinado que las proclamas de la defensa de Pistorius sobre una posible contaminación de pruebas contra su cliente son «insignificantes» y no tendrán peso en el veredicto.

Oscar Pistorius está en el final de un camino que se abrió de forma abrupta hace año y medio. El Tribunal Superior de Pretoria comenzará este jueves a leer el veredicto de su juicio sobre el juicio contra el atleta, acusado de matar a disparos a su novia, la modelo Reeva Steenkamp el día de San Valentín del 2013. Con tintes de reality show y tras más de 4.000 folios, 40 testimonios y seis meses de vistas, cuando solo iba a durar tres semanas -con sus largos parones incluidos-, con la lectura del veredicto -que comenzó a partir de las 9.30 horas ante el llanto de Pistorius-, la jueza Thokozile Masipa pondrá fin a un proceso que comenzó el 3 de marzo. Según fuentes jurídicas, la exposición del veredicto podría extenderse hasta el viernes, debido a que la magistrada repasará uno a uno el testimonio de los 37 testigos -incluido el del atleta- que han intervenido en el juicio, y explicará qué partes acepta de cada una de las declaraciones. Tras emitir el veredicto, Masipa podría tardar varias semanas en emitir la sentencia del deportista.

El desarrollo del juicio

Pistorius, que ha mantenido un silencio sepulcral ante la prensa -solo roto con un mensaje en su web con motivo del aniversario de la muerte de Reeva Steenkamp y unos tuits publicados solo un día después de un incidente en una discoteca de la que fue expulsado «completamente borracho»- no niega los hechos, por lo que la duda ahora es conocer por qué lo hizo. Durante el juicio, el velocista, de 27 años y uno de los atletas más famosos del mundo tras convertirse en el primer paralímpico en participar en unos Juegos Olímpicos, aseguró haber disparado presa del pánico, creyendo que se trataba de un ladrón que había entrado en su casa, y así se mostró en un vídeo difundido por una cadena australiana que reconstruye el momento del crimen.

«Me arrodillé junto a Reeva, observé si respiraba. La cabeza de Reeva descansaba sobre mi hombro, y sentí la sangre corriendo sobre mí», explicó durante su declaración al ser preguntado sobre la noche de los hechos. Desde el minuto uno, Pistorius se ha presentado como «no culpable» y como un hombre emotivo atormentado por el sentimiento de culpa. Asimismo, su defensa ha intentado jugar la baza de que la policía no actuó bien en el lugar del crimen ni en el mantenimiento de las pruebas y que llevaron a informes confusos sobre la ubicación de determinados objetos en la casa donde ocurrió el suceso.

Por su parte, la acusación pública, representada por el fiscal Gerrie Nel, sostiene que el corredor sudafricano mató intencionadamente a Steenkamp -que estaba de pie detrás de la puerta cerrado del baño y que intentó comunicarse con el atleta antes de recibir el disparo- tras una supuesta discusión -que algunos vecinos aseguran haber escuchado-. Ante estos hechos, pide que se condene a Pistorius a cadena perpetua como autor de un delito de asesinato o, alternativamente, que se le castigue por homicidio en el caso de que no quede probado que el atleta supiera contra quien disparaba.

Las opciones de Pistorius

La mayoría de los telespectadores en el mundo parecen haber decidido ya si Pistorius es culpable o inocente -como ocurrió durante el juicio televisado de la estrella de fútbol americano O.J. Simpson, acusado de asesinar a su esposa hace 20 años-. Pero, a diferencia de ese proceso, en el que el exjugador fue absuelto por un jurado, en el del atleta sudafricano la opinión de la juez Masipa, apoyada sólo por dos asesores, es la única que cuenta:

- Si la jueza considera que Pistorius disparó por error pensando que su novia era un ladrón hay dos opciones. Que sea declarado no culpable al ser en defensa propia, o culpable de homicidio con una condena a decidir por Masipa aunque sería inferior a 15 años.

- Si la jueza, en cambio, decide que Pistorius disparó sabiendo que era su novia la que estaba detrás de la puerta del baño, también hay dos opciones. Que sea declarado culpable de asesinato premeditado por lo que sería condenado a cadena perpetua, lo que en Sudáfrica significa 25 años de cárcel, o que sea considerado culpable pero por asesinato no premeditado y la condena se reduciría a 15 años.

Los vómitos y las lagrimas de Pistorius

El juicio contra Pistorius ha estado lleno de momentos llamativos, como cuando el atleta se echó a llorar y vomitó mientras el tribunal escuchaba cómo la cabeza de Steenkamp «estalló» al recibir el impacto de las balas. Estas acciones le valieron acusaciones de haber recibido clases de actuación que la familia tuvo que desmentir. Otro de los puntos más mediáticos ha sido la personalidad del corredor. La acusación lo describió como un mentiroso obsesionado con las pistolas, los coches deportivos y las mujeres guapas, incapaz de asumir la responsabilidad de sus actos. El fiscal llegó a afirmar que era un egoísta que humillaba a su novia

Sin embargo, la defensa, encabezada por el abogado Barry Roux, aseguró que hay «dos Oscars»: un atleta de alto nivel y un individuo muy vulnerable con una discapacidad que actuó por miedo y no por ira cuando disparó las cuatro balas. Asimismo, también aseguraron que Pistorius sufría un «trastorno de ansiedad generalizado», aunque finalmente la investigación echó por tierra esta justificación ya que un examen psiquiátrico determinó que el deportista no tenía problemas mentales cuando mató a Reeva Steenkamp

El final de la carrera de Pistorius

Sea cual sea el veredicto, no será el final del caso Pistorius. Se presentarán argumentos antes de que se publique la eventual condena -dentro de un mes- y seguramente habrá apelación. El velocista también se enfrenta a otros tres cargos relacionados con el uso temerario de armas de fuego en público y la tenencia ilícita de munición.

Independientemente de lo que suceda, la brillante carrera de Pistorius parece haber llegado a su fin. El que fuera antes un chico de póster para el deporte de discapacitados, se ha retirado de todas las competiciones y ha visto cómo las grandes marcas le anulaban todos sus contratos.