Alex Salmond fue recibido por los suyos entre aplausos. Pero el líder del nacionalismo escocés y del frente «Yes Scotland» no podía disimular la decepción en su voz. «Gracias por este recibimiento pero, sobre todo, gracias a Escocia por esos 1,6 millones de votos que han apoyado la independencia», comenzó. «Hay una mayoría favorable a la unión. Escocia decidió no, yo acepto la voluntad del pueblo y espero que todos hagan lo mismo con la decisión de los votantes», señaló. «Pido ahora que se trabaje de forma constructiva por Escocia y por el Reino Unido», añadió.
Pero insistió en que debe haber una mesa de negociación con Westminster, ya que Escocia demanda «la transferencia de más poder» del Gobierno de Londres. Repitió varias veces la cifra de votantes que han apoyado el «sí» y aseguró sentirse orgulloso de «haber llegado a sectores de la comunidad que nunca habían sido involucrados antes en política». Cree que estos ciudadanos no permitirán que la política se convierta en «el negocio de siempre». Aseguró que la participación y la celebración pacífica del referendo concede un gran crédito a Escocia. «Una participación del 86 % es una de las más altas de la democracia en todo el mundo en todos los referendos y elecciones de la historia».
Salmond finalizó su discurso con un «debemos avanzar como una nación unida».