La peregrinación a La Meca de este año estará marcada por el ébola y la amenaza yihadista
INTERNACIONAL
Se calcula que casi tres millones de fieles asistirán a la ciudad santa saudí para cumplir con el precepto islámico
01 oct 2014 . Actualizado a las 19:10 h.El ritual anual del «Hach» o peregrinación musulmana a la ciudad santa saudí de La Meca arranca mañana, jueves, marcado por la ofensiva lanzada en Irak y Siria por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y por los temores a una eventual propagación de la epidemia del ébola.
Un millón cuatrocientos mil fieles musulmanes procedentes de todo el mundo se encuentran ya en Arabia Saudí, para cumplir con el precepto islámico de la peregrinación, según cifras ofrecidas este miércoles por el Departamento de Pasaportes saudí en un comunicado.
Arabia Saudí espera recibir en las próximas horas otro millón y medio de peregrinos deseosos de completar uno de los cinco pilares de su religión, junto a la «shahada» (profesión de fe), la limosna, la oración, y el ayuno en el mes de Ramadán
Las autoridades han puesto en marcha un amplio dispositivo de seguridad integrado por 75.000 agentes, que se encargarán tanto de la seguridad como de atender cualquier emergencia durante el «hach».
El ministro del Interior saudí, príncipe Mohamed bin Nayef, declaro el martes que su país «no permitirá ninguna acción que empañe la peregrinación o afecte la seguridad de los fieles» y aseguró que «la policía es capaz de afrontar cualquier amenaza del EI o de otros grupos extremistas».
Bin Nayef también aseguró que las autoridades velarán por evitar la «politización del hach» y advirtió a los peregrinos contra el uso de banderas nacionales y pancartas o emblemas que puedan generar discordia.
Por su parte, el Ministerio saudí de Sanidad ha informado de que hasta el momento no se ha detectado ningún caso de enfermedad contagiosa. Según un comunicado difundido por la agencia de noticias saudí SPA, este ministerio ha adoptado medidas preventivas para evitar la propagación de una eventual epidemia. Entre dichas medidas, las autoridades suspendieron temporalmente la concesión de visados a personas originarias de varios países de África Occidental, especialmente de Liberia, Guinea Conakry y Sierra Leona, los estados más afectados por el virus.
Asimismo, los fieles son sometidos en el aeropuerto Rey Abdelaziz a un examen médico antes de que desciendan del avión para poder aislar cualquier caso sospechoso. Sanidad también ha establecido centros de vigilancia sanitaria en todos los puertos marítimos y pasos fronterizos terrestres.
La limpieza de La Meca, donde nació el profeta Mahoma en torno al año 570 después de Cristo, es otro de los aspectos que los responsables de la ciudad santa también han querido cuidar con especial atención. Alrededor de 14.000 trabajadores se encargarán día y noche de mantener limpias las áreas donde se celebran los ritos del «hach». Asimismo, 23.000 conductores y mecánicos extranjeros garantizarán el transporte de los creyentes entre los distintas etapas de la peregrinación, que comienza mañana, jueves, y termina la semana que viene.
Los rituales comenzarán con el denominado día de «Al Taruia», en el que los fieles, que han llegado a La Meca vestidos con un sayo blanco y sin costuras, rezarán y meditarán a la espera de subir la madrugada siguiente al monte Arafat, donde Mahoma pronunció su último sermón «Jutba al Wedaa» (el sermón de la despedida). Allí, los peregrinos permanecerán hasta la puesta de sol para dirigirse después a la localidad vecina de Muzdalifa, donde pernoctarán y recogerán guijarros antes desplazarse a Mina, donde cumplirán el primer apedreamiento de las tres columnas que representan al diablo y las tentaciones. Después habrán de completar las vueltas a la «Kaaba» -ubicada en el centro de la Gran Mezquita de La Meca- una pequeña construcción en forma de cubo, cubierta por una tela negra y dorada, en la que se encuentra la piedra negra, que los musulmanes consideran un pedazo del paraíso.
Cumplidos los rituales, los fieles se cortarán el pelo y las uñas y degollarán a un cordero, marcando el comienzo de la fiesta del Sacrificio (Aid al-Adha), una de las principales festividades islámicas. En los tres días que siguen a la citada fiesta, los peregrinos deberán cumplir la segunda fase de la lapidación del diablo en Mina y dar siete vueltas más como despedida a la «Kaaba».