Pegida ve reforzado su discurso contra el islam con el atentado a la revista
08 ene 2015 . Actualizado a las 11:29 h.La última caricatura firmada por Charb, el director de Charlie Hebdo, parece una premonición. Un yihadista replica al titular «Francia sigue sin atentados», con la frase: «Tenemos hasta el final de enero para presentar nuestros deseos...» Con su irreverencia habitual pese a múltiples amenazas, el último número del semanario estaba dedicado al controvertido escritor Michel Houellebecq, protagonista de un encendido debate en Francia al haber imaginado en su novela Sumisión la islamización de una Francia gobernada por un presidente musulmán. La novela salía también ayer a la venta.
Pocos se atrevieron a establecer un vínculo con el cruel atentado, pese a que el libro ha sido calificado de «irresponsable», «islamófobo» y de hacerle el juego a la ultraderecha. El movimiento ismalófobo alemán Pegida no ha dudado en aprovechar la coyuntura, para reivindicar que el atentado contra Charlie Hebdo «refuerza» sus advertencias contra el islamización.
Las viñetas de Mahoma
La animadversión de los islamistas radicales hacia esta revista, fundada en 1970, viene desde que en el 2006 publicó las primeras caricaturas del profeta Mahoma en solidaridad con el diario danés Jyllands-Posten. «Hace ocho años que vivíamos bajo amenazas, estábamos protegidos pero no hay nada que se pueda hacer contra unos bárbaros que irrumpen con Kalashnikov», dijo a la AFP el abogado del semanario Richard Malka. Desde entonces las amenazas y agresiones fueron constantes, porque la revista se mantuvo fiel a su línea editorial a la vez que negaba ser enemigo del islam. La última fue en el 2013, cuando hackers atacaron su página web, tras la publicación de la biografía en cómic de Mahoma.
Pero el semanario no solo se ha burlado del islam. También ha criticado a las sectas, los extremistas de derecha o los ultrarreligiosos, incluso en una ocasión se enfrentó a una demanda tras una edición sobre el papa.
Los medios franceses se solidarizan con Charlie Hebdo y le ofrecieron su ayuda para «seguir viviendo». El apoyo llegó también de medios de todo el mundo. Las revistas españolas El Jueves y Mongolia publican sus viñetas, y las asociaciones profesionales hicieron patente su repulsa al atentado y su defensa del derecho a la libertad de expresión, entre ellas la de editores de diarios españoles (AEDE).
Francia siempre ha estado en el objetivo de los islamistas, amenaza que Mohamed Merah materializó en el 2012 al matar a siete personas, entre ellos tres niños, de la escuela judía en Toulouse. En septiembre el autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadí, del Estado Islámico, puso a funcionar su maquinaria de propaganda llamando a atacar a ciudadanos europeos y americanos «del modo que sea». En especial, se dirigió a «los vengativos y sucios franceses». Los yihadistas aplaudían en las redes sociales el ataque a la revista. «Los leones del islam han vengado a Mahoma», se mofaba un miliciano sirio. Tanto con Sarkozy como Hollande, el Elíseo se ha implicado en la lucha contra movimientos yihadistas, primero en África y ahora con la coalición liderada por EE.UU. en Irak.