Bronca política a Valls por ir en avión oficial a la final de la Champions
INTERNACIONAL
La oposición exige al primer ministro francés que devuelva los 15.000 euros que le costó el vuelo
10 jun 2015 . Actualizado a las 16:15 h.Manuel Valls ha perdido de golpe varios puntos en su carné de conducir el Gobierno francés. Al primer ministro socialista le han pillado con una copa de más. La que ganó el Barça, el club de su ciudad natal con himno compuesto por su tío-abuelo, el sábado en Berlín contra la Juventus de Turín. En pleno congreso de su partido en Poitiers, acudió a la final de la Liga de Campeones en avión oficial con dos de sus hijos a bordo con la excusa de asistir a una reunión de trabajo con su compatriota Michel Platini que el presidente de la UEFA había anulado tres días antes. La oposición exige que devuelva los cerca de 15.000 euros de dinero público que costó el vuelo y hay quien hasta pide su dimisión.
El viaje relámpago de Valls ha desencadenado una tormenta política en Francia. El primer ministro interrumpió su estancia durante el pasado fin de semana en Poitiers con motivo del 77º congreso del Partido Socialista (PS) para ir a Berlín a animar al equipo de sus amores. Dos de los cuatro hijos habidos en su primer matrimonio ocuparon el par de plazas que quedaban libres en el avión Falcon 7X del Ejército del Aire puesto por el Estado a disposición del jefe de Gobierno para sus desplazamientos oficiales. Tres agentes de seguridad, un ayuda de campo militar, un transmisor de comunicaciones y un médico compusieron el séquito del primer ministro en el aparato, de nueve plazas.
Los pasajeros regresaron tras el partido a París, donde se apearon los dos hijos de Valls. El gobernante continuó viaje a Poitiers para asistir el domingo por la mañana a la clausura del congreso del PS y volver a París a tiempo de presenciar por la tarde la final de Roland Garros.
«Tenía una reunión con la UEFA», presidida por Platini, ya que «vamos a organizar la Eurocopa del 2016», alegó el lunes François Hollande. El problema es que esa reunión en Berlín no debía ser tan urgente pues Hollande tiene programado recibir hoy mismo en el Elíseo a Platini. Además, en la agenda oficial de Valls no figuraba la reunión en Berlín con el dirigente de la UEFA quien, para más inri, la había anulado tres días antes ante la dimisión de su presidente, Joseph Blatter.
«La prueba de una pasión»
Lejos de entonar el mea culpa, Valls se quedó en fuera de juego el lunes al sostener que el viaje había sido institucional y oficial a invitación de Platini cuando la oposición ya le había mostrado tarjeta amarilla. «Que un primer ministro se interese por el deporte, ya sea en Berlín o en París, es la prueba de una pasión. Y a veces en Francia ser apasionado molesta», se justificó.
Este martes, el primer ministro ha tratado de jusjtificar su viaje: «El deporte tiene un papel muy importante gracias a los eventos internacionales que acogeremos en Francia, y es papel del jefe del Gobierno es apoyar estos grandes eventos para Francia», ha dicho, en referencia a la celebración de la Eurocopa 2016 en el país.
«No hay polémica, centrémonos en los asuntos esenciales», ha agregado Valls. François Hollande, presidente de la República, ha defendido a su primer ministro, explicando que el motivo de su viaje era reunirse con altos cargos de la UEFA para hablar sobre la celebración de la Eurocopa.
En esta línea se ha expresado el viceministro de Deportes, Thierry Braillard, quien ha subrayado que «el objetivo no era ir a apoyar al FC Barcelona --equipo del que es seguidor--, sino representar a Francia».
Sin embargo, varios partidos opositores han cargado contra Valls al considerar que su viaje en un avión oficial al partido supuso un gasto de fondos públicos injustificable.