El 45 % de las retribuciones están por debajo del umbral de la pobreza
21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La edad de jubilación griega se amplió a los 67 años, dentro de las medidas impuestas por el programa del segundo rescate en el año 2012, pero a día de hoy Grecia presenta una de las cifras más altas de prejubilaciones, especialmente procedentes del sector público. «El sistema de pensiones en el país ha sido un completo desastre desde los años ochenta. Desde las prejubilaciones hasta la forma en que las pensiones fueron calculadas, todo era muy favorable para las rentas más altas y catastrófico para las más bajas. Sobre todo después del año 2010, el efecto de la austeridad dio el último golpe al sistema», explica Dimitris Rapidis, director y coordinador de Bridging Europe.
Los acreedores insisten en que Grecia tiene uno de los sistemas de subsidios más costosos de Europa: el 17,5 % del Producto Interior Bruto (PIB) se destina a pagar jubilaciones. Pero hay que fijarse en otros datos igual de reveladores: el 45 % de las retribuciones se encuentran por debajo de la considerada como umbral de la pobreza, de 665 euros. Y no solo eso. Las pensiones anticipadas se han convertido en el único refugio de un sector de la población mayor de 55 años que abriga pocas esperanzas de encontrar un empleo. Es el caso de Maytrin Dimitrio. Se retiró a los 62 años y cobra una paga que no llega a los 400 euros. «Por tres años no he llegado al mínimo, no entiendo que nos quieran chantajear así, que les recorten las prejubilaciones a los funcionarios».
Syriza se ampara en la «crisis humanitaria» para demandar una reforma gradual y evitar cercenar uno de los pilares en los que se apoya actualmente la sociedad griega. Con más de un cuarto de la población desempleada, una de cada dos familias dependen de la ayuda económica de los padres y los abuelos.
Los acreedores niegan que estén demandando recortes específicos en las pensiones. Sin embargo, el Gobierno de Tsipras sostiene que están forzando la eliminación de un pago complementario que da soporte a algunos de los pensionistas más pobres. Ambas partes están de acuerdo en limitar las prejubilaciones, pero no en los plazos.
Prejubilada a los 43 años
Bei Tzouvara era trabajadora en el sector público y a los 43 años decidió acogerse a las facilidades que le brindaba el sistema de pensiones griego para jubilarse anticipadamente. «Cobraba 1.600 euros y vivía muy bien, no lo puedo negar, pero llegó la crisis y ahora cobro menos de la mitad. Ahora me da igual que me recorten la pensión otra vez, antes podía llevar a mis hijos a colegios privados y ahora ya no. Hace cinco años podía comprar en el supermercado todos los días y ahora no», explica Tzouvara. A su lado, Stavros Mustakis, un pensionista de 75 años, le responde: «Estamos aquí porque los gobiernos han permitido que gente como tú se aprovechara del sistema». Y la funcionaria no lo contradice: «Tienes razón, no lo niego, solo espero que Alexis Tsipras se atreva a reformar de una vez por todas la economía de este país».
Los griegos retiraron de los bancos 5.000 millones de euros en una semana
A 24 horas de la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno en la que se decidirá el futuro de Grecia en la Eurozona, los ciudadanos del país heleno vivieron la jornada de ayer con relativa normalidad, a pesar de las colas que, aun en sábado, se formaron en las puertas de algunos cajeros. De acuerdo con el diario Kathimerini, desde el pasado lunes se retiraron de los bancos 5.000 millones de euros (entre 1.700 y 2000, solo el viernes).
Pese a lo que indican estas cifras, la mayoría de la población cree que acudir a los bancos es una medida exagerada y contraproducente para su país. «No hay un corralito, no tenemos pánico, yo solo temo perder mi trabajo. Si hay una quita como en Chipre tampoco sería terrible porque mis ahorros son los justos», explicaba ayer Yorgos, trabajador de seguridad en una entidad bancaria.
«No tengo miedo a un Grexit, claro que no, no soy rico. Voy a sacar 1.000 euros solo para tener dinero en casa. El resto se quedará en el banco -explicaba Nikos, trajabador de una asesoría-. Siempre hay colas en Grecia, en los bancos, en las oficinas postales... No me preocupa ver a toda esta gente aquí, lo que me pone nervioso es ver las noticias»
Otros, sin embargo, reconocían su temor a que la falta de acuerdo con los acreedores obligue al Gobierno a aplicar un control de capitales que impida a la gente sacar dinero de sus cuentas. «Estos días he sacado 4.000 euros del banco solo para asegurarnos de que podremos comer en caso de que no lleguen a un acuerdo o que Grecia salga del euro, ya no sabemos qué pensar», explicó Alexis Stravogenis, empleado de banca y padre de 3 hijos.
Desde Reino Unido, la oficina de cambio de divisas de Correos controlada por el Gobierno británico recomendó a los turistas que visiten Grecia en las próximas semanas que lleven «suficientes euros en efectivo». Una medida excesiva, a juicio de muchos helenos y turistas que recorrían Atenas. «Nosotros siempre viajamos con dinero, es lo normal, vas a otro país y tienes que llevar dinero», explicó Mario González, un turista español.
Círculos bancarios citados por los medios de información insistieron en que la situación está «controlada»; es más, algunos portavoces recuerdan que en junio del 2012, en plena convocatoria de las segundas elecciones generales, las salidas de depósitos sumaron el doble de las que se están registrando estos días. Y el propio gobernador del Banco de Grecia, Yanis Sturnaras, aseguró que la estabilidad del sistema bancario griego está «plenamente salvaguardada» por el Banco de Grecia y del BCE.