El Gobierno griego deja entrever que se marchará si triunfa el sí

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LOUISA GOULIAMAKI | AFP

Aparecen las primeras fisuras en la coalición que sostiene a Tsipras

03 jul 2015 . Actualizado a las 08:38 h.

A dos días de que se celebre el referendo convocado por el Gobierno, la presión política va en aumento en Grecia. Entre los defensores de dar un portazo a las recetas de la austeridad empieza a surgir cierto nerviosismo por las recientes encuestas que auguran un resultado muy estrecho. Las posiciones están muy igualadas tras un repunte del sí como consecuencia del corralito que se ha impuesto a los bancos y que ha complicado la ya difícil situación de pensionistas y pequeños negocios.

Un fiel reflejo de la incertidumbre reinante es el anuncio realizado ayer por el ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, quien trató de inclinar la balanza hacia el no anunciando que dimitirá si el pueblo griego les retira el apoyo de cara a la negociación de un tercer rescate. «No continuaré», aseguró en una entrevista a Bloomberg en la que también aseguró que no será el único en irse si fracasa la campaña para doblegar a la troika.

Según dijo, el triunfo del sí podría precipitar una cascada de deserciones en el Gobierno. No quiso apuntar directamente al primer ministro, Alexis Tsipras, pero sí dejó claro que, tanto en lo personal como en lo político, el líder de Syriza se encuentra sometido a una presión muy grande para que no capitule, lo que haría muy difícil que siguiese al frente del país mientras ejecuta medidas de recorte con las que no se presentó a las elecciones y en las que no cree.

El propio Tsipras pareció corroborarlo horas después al sugerir que podría dimitir si no prospera la propuesta que planteó a los griegos. «Si el resultado es sí tendremos un acuerdo no sostenible. Respetaré el resultado sea el que sea y pondré en marcha los procedimientos previstos por la Constitución», aseguró en una entrevista televisada en la que agregó que no pone su «silla» por delante «de los intereses de la nación».

La celebración del referendo fue recibida con perplejidad por muchos, incluido el socio de Gobierno de Tsipras, el partido de derecha ultranacionalista Griegos Independientes (Anel). Con el paso de las horas y con el goteo incesante de información y declaraciones sobre cuál será el futuro que le espera a Grecia si se impone el no, han empezado a surgir las primeras divisiones internas en la coalición que sostiene al Ejecutivo. Entre tres y cuatro diputados de Anel anunciaron que votarían a favor del sí para evitar «la ruptura con Europa». Estos fueron los términos en que plantearon los socios europeos la consulta y parece que su mensaje empieza a surtir efecto. Se entiende que ya no está en juego una propuesta vieja o un acuerdo nuevo, sino la permanencia de Grecia en la zona euro y en la Unión.

Las fisuras más grandes han surgido, sin embargo, entre el ministro de Defensa Panos Kamenos y el primer ministro, Alexis Tsipras. El anuncio de un recorte de 200 millones de euros para este año en el gasto del ejército y otros 400 en el 2016 puso en pie de guerra al líder de Anel. Según reporta la prensa griega, Kamenos llegó incluso a amenazar a Tsipras con volar por los aires la coalición si no blindaba los presupuestos de Defensa, lo que obligó al líder de Syriza a garantizarle por escrito que no se ejecutarán más recortes en ese ámbito.

Mientras el Gobierno gestiona sus diferencias, la oposición intenta adueñarse de la iniciativa con la reaparición de sus iconos más importantes, Costas Karamanlis y Yorgos Papandreu. El conservador, responsable de falsear el déficit griego durante años, pidió a los ciudadanos que voten sí para evitar los «peligros» de dar la espalda a los socios del euro, de quienes dijo que «interpretarán el no como la elección de retirarse del corazón de Europa». El socialdemócrata alertó de que la victoria de la opción de Syriza sería una «catástrofe» que empujaría a Grecia «lentamente fuera del euro». A su juicio, la alternativa es la formación de un Gobierno de unidad nacional tras la consulta si finalmente el sí se alza con la victoria.

Grecia se escinde en dos bandos

A medida que se acerca la hora de abrir las urnas, aumenta la polarización y el país se parte en dos. Muchas asociaciones de empresarios, algunos sindicatos y los alcaldes de las dos principales ciudades, Atenas y Salónica, Yorgos Kaminis y Yanis Butaris, se han posicionado a favor del sí y han propuesto crear un comité que incluya a todos los partidos «con el objetivo de negociar una solución que asegure el futuro del país con dignidad y desarrollo». Los dos bandos medirán hoy sus fuerzas. El primer ministro tiene previsto un discurso en la plaza Syntagma de Atenas que tiene por fin movilizar a sus partidarios. La oposición reunirá a los suyos en un gran acto de masas que tendrá lugar en un estadio.

Los neonazis también harán campaña por el no

El partido neonazi Amanecer Dorado apoyará el no en el referendo, confirmó ayer el portavoz del partido, Ilias Kasidiaris, quien hace solo dos días abandonaba la cárcel tras ser acusado de posesión ilegal de armas y de participación en actividades delictivas. «Diremos no el domingo ante las amenazas de los acreedores internacionales al pueblo griego», aseguró.

La formación ultraderechista votará, de forma inédita, en línea con sus máximos opositores políticos, los diputados de Syriza. Se trata de una situación extremadamente paradójica e incómoda para el propio Tsipras, quien desea separarse de posiciones tachadas de extremistas para no restar credibilidad a su maniobra.

El partido neonazi acusa al líder griego de sumir a Grecia en el «caos» con su estrategia negociadora y, aunque votarán al unísono, intentan marcar distancias. «En ningún caso se nos debe asociar con el circo de Tsipras», aseguró Kasidiaris, quien llamó a los griegos a mantener la «unidad, la lucha y la fe» frente a los acreedores internacionales «que tratan de amenazar e intimidar a la gente». También arremetió contra el Gobierno por haber negociado una propuesta que podría tener «efectos devastadores sobre la economía nacional» y pidió la convocatoria urgente de elecciones si el domingo gana el sí en las urnas. «Nuestras acciones durante estos días serán el futuro de nuestros hijos y Grecia», advirtió Kasidiaris.