Una zancadilla que puede costar cinco años de cárcel a la periodista húngara

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Cámara en mano y sin dejar de grabar, la reportera húngara Petra László reparte patadas a discreción y pone zancadillas a los refugiados que huyen a la carrera tras romper el cerco policial

10 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Cámara en mano y sin dejar de grabar, la reportera húngara Petra László reparte patadas a discreción y pone zancadillas a los refugiados que, en el punto de reunión de Röszke, en la frontera con Serbia, huyen a la carrera tras romper el cerco policial. El vídeo del hombre que, al ser zancadilleados por Petra, cayó sobre la hija con la que cargaba en sus brazos tras zafarse de un agente se hizo viral en Internet y Petra fue despedida.

Petra ha reconocido los hechos, pero no ha dado explicaciones ni ha pedido perdón, según el canal de televisión húngaro N1 para el que trabajaba, vinculado al partido ultraderechista Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik). Pero su empresa no fue la única en tomar medidas contra la periodista y en reprochar su actitud. Dos partidos de la oposición anunciaron acciones legales contra ella por un delito de agresión que podría ser castigado con una pena máxima de cinco años de prisión, según el diario británico The Guardian. Y es que se trata de varias agresiones a distintas personas, agravadas por estar dirigidas contra miembros de un colectivo. «László solo daba patadas a extranjeros y a nadie más, incluyendo a un niño que claramente era solicitante de asilo», declaró Aniko Bakonyi, del grupo de defensa de los derechos humanos Comité Húngaro de Helsinki.

En Facebook, la página Muro de la vergüenza Petra László recoge comentarios de todo el mundo, uno de los cuales afirma que László representa lo peor de la humanidad. Las redes sociales se han colapsado con sentencias condenatorias, sin esperar a que la Justicia de Hungría se pronuncie. Nadie ha defendido a la reportera, ni siquiera aludiendo a la presunción de inocencia, tan debatida siempre que la opinión pública crea un clima desfavorable a un procesado. Y es que es difícil de esgrimir cuando hay pruebas tan contundentes como las que incriminan a Petra.

Uno de los vídeos, el de la zancadilla que hace caer al padre y a su hija, da lugar a dudas. Es imposible saber si lo que hizo László fue convertirse en improvisada colaboradora de la policía o si solo forzó la escena para hacerse con las imágenes más impactantes. Pero la grabación en la que se la ve pateando a dos niños despeja cualquier duda.