Putin se arroga el papel de negociador de la paz en Siria

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ALEXEY DRUZHININ | afp

Tras su cita con Al Asad, arrastra a una reunión a EE.UU., Turquía y Arabia Saudí

22 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Embutido en el papel de líder imprescindible -y ante un Barack Obama desaparecido-, Vladimir Putin sorprendió con su reunión con Bachar Al Asad en Moscú la noche del martes. El Kremlin esperó a que estuviera de vuelta en Damasco para dar a conocer el primer viaje al extranjero del presidente sirio en más de cuatro años de guerra.

Durante el encuentro, Al Asad agradeció a su gran aliado la campaña aérea: «De no haber sido por Rusia, el terrorismo se habría propagado por la región». Putin se centró, en cambio, en destacar que a los avances militares en la lucha contra el terrorismo debe seguir un proceso político.

El mensaje del jefe del Kremlin a Occidente es claro: Rusia, como gran potencia y actor clave en Oriente Medio, es parte de una solución al conflicto sirio. La sorpresiva visita de Al Asad marca la nueva etapa de los esfuerzos de Putin para liderar un proceso de paz, en el que al menos por ahora el líder sirio forma parte de la solución. La primera consecuencia de ese esfuerzo es la reunión que tendrá lugar mañana en Viena entre los jefes de la diplomacia de Rusia y EE.UU., Serguéi Lavrov y John Kerry, junto con sus homólogos saudí y turco.

Putin informó en sendas llamadas telefónicas de lo tratado con Al Asad al rey de Arabia Saudí y al presidente de Turquía. Dos potencias regionales que apoyan a grupos armados sirios y cuyo máximo objetivo es echar del poder al alauí Bachar al Asad. Abundando en esa posición, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, declaró que lo mejor para el pueblo sirio era que Al Asad se hubiera quedado en Moscú. Putin también entabló contactos con los líderes de Egipto y Jordania.

Preocupaciones turcas

Según los medios turcos, Recep Tayip Erdogan le transmitió a Putin su preocupación de que la ofensiva sobre Alepo pueda causar un nuevo flujo de refugiados hacia Turquía (la ONU cifró en 35.000 los civiles que huyen de esa zona). A la vez, recordó que Ankara combatirá a todo tipo de grupos terroristas, no solo al Estado Islámico, y eso incluye a las milicias kurdo-sirias YPG, que vinculada a la guerrilla kurda de Turquía, el PKK. Precisamente, los kurdos declararon ayer su cuarta administración autónoma en Siria, en la región de Tel Abiad, fronteriza con Turquía.

En Irak, milicias y partidos chiíes presionan al primer ministro, Haider al Abadi, para que solicite a Rusia que amplíe los bombardeos contra Estado Islámico a este país, frustrados por la falta de avances de la coalición. El jefe de Estado Mayor de Estados Unidos, el general Joseph Dunford, llegó ayer a Bagdad para pedir garantías a Al Abadi de que no hará dicha solicitud a Rusia.

Canadá se retira de la misión de combate contra el Estado Islámico

Era una de sus promesas electorales y ha sido su primera decisión como jefe de Gobierno electo de Canadá. El liberal Justin Trudeau se retira de la misión de combate de la coalición liderada por EE.UU. contra el Estado Islámico

En su primera rueda de prensa tras su victoria en las urnas, Trudeau reveló que había llamado a Barack Obama para anunciarle la retirada de los cazas F-18 canadienses que participan en la campaña aérea contra el califato en Irak y Siria. A cambio, se ha comprometido a ampliar la misión de los instructores militares que ayudan a las fuerzas de seguridad iraquíes.

Desde la llegada al poder del conservador Stephen Harper, Canadá, de tradición pacifista, se ha implicado cada vez más en la lucha contra los yihadistas. Además de los cazas, Ottawa participa con 70 miembros de las fuerzas especiales que asesoran a las fuerzas kurdas de Irak.