Momentos de pánico y desconcierto en el estadio de Saint Denis

La Voz / Agencias REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Parte de los ochenta mil asistentes al amistoso entre Francia y Alemania saltaron al terreno de juego sin saber qué hacer

14 nov 2015 . Actualizado a las 01:24 h.

Los ochenta mil espectadores que acudieron al estadio de Saint Denis para presenciar el amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania vivieron momentos de desconcierto y tensión tras las explosiones que se registraron en las inmediaciones del recinto deportivo. Al menos una de ellas fue provocado por un kamikaze, que murió en el acto, y la otra tuvo lugar cerca de un McDonald's muy próximo al estadio.

A pesar de que durante el primer tiempo se escucharon dos fuertes explosiones, el partido transcurrió según lo previsto con el fin de no alarmar a los asistentes. El propio presidente de Francia, François Hollande, tuvo que ser evacuado del estadio hacia la sede del Ministerio del Interior donde se produjo una reunión extraordinaria del Consejo de Ministro.

Al término del encuentro muchos de los asistentes saltaron al terreno de juego desconcertados ante lo que estaba sucediendo y sin saber bien cómo actuar. El presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Noël Le Graët, afirmó que el estadio es una instalación «segura» y confirmó que los aficionados que presenciaron el partido amistoso entre Francia y Alemania pudieron abandonar el estadio «normalmente».

«La noche ha sido arruinada por los acontecimientos ocurridos en el Stade de France. Hubo una explosión en la puerta J que causó tres muertos y varios heridos. En estos momentos el estadio es seguro», dijo una hora después del término del partido en declaraciones que recoge L'Equipe.

Además, el máximo dirigente de la FFF explicó que los seguidores pudieron abandonar de forma normal el estadio pese a que muchos optaron por aguardar sobre el césped. 

«Estamos todos conmovidos y en shock», dijo el seleccionador de Alemania, Joachim Löw. El manager Oliver Bierhoff dijo haber sentido «mucho miedo».

En las horas previas al partido, una falsa alarma de bomba había obligado a la selección alemana a desalojar durante dos horas el hotel en el que se hospedaba en París. Los jugadores y cuerpo técnico tuvieron que abandonar el hotel en el barrio parisino de Boulogne y continuar con los preparativos para el choque en el vecino centro de tenis de Roland Garros. La policía registró con perros adiestrados el edificio del elegante hotel «Molitor Paris» y dio luz verde para el regreso de la delegación germana.