Atentado en París: La estrategia del terror urbano contra el corazón de la ciudad

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Atentado de París: Reconstrucción de los hechos
Ayerra / Alexia / L. Placer

Los yihadistas emularon los ataques simultáneos y coordinados del 2008 en Bombay

15 nov 2015 . Actualizado a las 09:58 h.

El terror en el corazón de la ciudad, con acciones simultáneas contra lugares de ocio, prolongando el sufrimiento con la toma de rehenes, convirtiendo las grandes urbes en lugares vulnerables. El miedo cotidiano, el temor a hacer lo normal, es lo que buscan los terroristas. Pero quizás el mejor antídoto es un vídeo que ayer recorría las redes sociales: los aficionados que salían del estadio tras ver el partido Francia-Alemania sabían ya lo que estaba pasando por sus teléfonos móviles. Habían escuchado las tres explosiones cercanas a partir de las 21.20 horas, causadas por terroristas suicidas. Pero caminaban en orden, sin concesiones al pánico. Y cantando la Marsellesa.

Organización

La simultaneidad. El ataque simultáneo ha sido una constante en los atentados protagonizados por radicales islámicos. Desde el 11-S, con cuatro aviones dirigidos contra edificios clave, hasta el 11-M, con diez explosiones en cuatro trenes. O incluso los atentados de Londres, con tres bombas en el metro y una cuarta en un autobús. Pero quizá el antecedente más directo de la tragedia parisina sean los atentados coordinados que se produjeron en Bombay durante tres días de noviembre del 2008, con un saldo de 171 muertos. En París hubo seis escenarios con acciones terroristas que comenzaron con tres suicidas en el estadio de Francia a partir de las 21.17 horas y terminaron a las 21.50 con la toma de la sala de conciertos Bataclan. En Bombay hubo diez zonas afectadas, también en una franja horaria similar, con los hoteles y restaurantes repletos de turistas. Empezó también sobre las nueve de la noche con disparos indiscriminados contra el Leopold Cafe y terminó hora y media más tarde con otro tiroteo en un hospital. El objetivo genérico es sembrar el caos, pero también dividir a las fuerzas policiales y dar la impresión de que tienen la capital tomada y que no hay un solo lugar seguro. Solo necesitaron siete terroristas, divididos en tres grupos. El primero era el de los suicidas en el estadio, los otros dos se movían en un Seat León y un Volskwagen Polo de color negro. Portaban chalecos explosivos cargados con peróxido de nitrógeno y un botón detonador, así como fusiles de asalto Kalashnikov. En principio los que iban en el León estarían encargados de los tiroteos en locales de ocio. El Polo se habría empleado para llegar a Bataclan.

Los terroristas

Preparación y estrategia. Terroristas bien preparados con técnicas de comando, estrategia coordinada y disparos indiscriminados. Prácticamente la misma receta para crear el caos en una gran ciudad. Sin embargo, los terroristas de Bombay, de los Muyahidines del Decán, fueron más innovadores. No recurrieron a los suicidas, algo común en los atentados integristas -en París siete terroristas murieron al accionar sus explosivos-, y optaron por los enfrentamientos directos con la policía, algo que suele evitarse. Además, parte de los activistas llegaron a Bombay por vía marítima. Pero ambos tenían un objetivo común: causar el mayor número de víctimas posible. Y también en los dos casos parece que contaban con apoyo interno y de fuera del país. Respecto al número de víctimas, parece que el principal objetivo podría ser el propio estadio, con capacidad para 81.000 personas, con vistas a provocar una estampida letal. Ayer trascendió que al menos uno de los tres suicidas tenía entrada e intentó acceder al campo. La seguridad del estadio le descubrió el chaleco con los explosivos e intentó escapar. Después accionó la carga en uno de los túneles de entrada sin provocar víctimas.

El impacto

La acción prolongada. La toma de rehenes, como sucedió en Bombay en los hoteles Taj Majal y Oberoi, tiene como objetivo prolongar la acción para que la atención mediática se centre aún más en el suceso. Y si es con las televisiones emitiendo en directo, mejor. Así, el impacto propagandístico se conjuga con la tortura. En el caso de la sala Bataclan se prolonga desde las 21.50 horas hasta las doce y media, cuando la policía decide asaltar el recinto. La operación dura media hora. Los tres individuos que tenían retenidos a los que asistían al concierto se suicidan matando. En cambio, los terroristas de la India resistieron durante tres días en el Taj Majal. En París, los atacantes entraron a cara descubierta, tenían barba, y uno de los testigos les oyó decir que la culpa de todo era de Hollande, por intervenir en Siria, confirmó Pierre Janaszak, que asistió al concierto, a AFP. Siete minutos antes de la entrada en Bataclan, muy cerca de allí, un terrorista pidió un café en la terraza de Le Comptoir Voltaire. Cuando la camarera le trajo la cuenta, accionó el detonador. Catherine, milagrosamente, solo está herida.