
Alemania sufre un repunte de la violencia contra refugiados
12 ene 2016 . Actualizado a las 16:04 h.La violencia machista parece extenderse por Europa. A raíz de las agresiones sexuales a mujeres la pasada Nochevieja en Alemania, las autoridades de Suecia y Holanda investigan casos similares. Según el diario sueco Dagens Nyheter, la policía de Estocolmo podría haber ocultado episodios de abuso sexual, cometidos supuestamente por jóvenes extranjeros, durante un festival celebrado el pasado agosto.
Las autoridades anunciaron ayer una investigación para esclarecer los hechos que, según informes policiales, apuntan a unos 15 refugiados, procedentes en su mayoría de Afganistán, que «se restregaban» y «toqueteaban» a las chicas. Paralelamente, medios locales holandeses aseguraron tener indicios de abusos de menores en la iglesia eritrea ortodoxa de Rotterdam, donde al menos 22 jóvenes se habrían quedado embarazadas tras ser obligadas a mantener relaciones.
En Alemania aumenta el número de denuncias. Solo en Hamburgo, ascienden a 153. La comisaría de Colonia había registrado ayer 516, 237 de ellas por delito sexual. Del millar de hombres que robaron y asaltaron en grupo a las mujeres, han sido identificados 32 sospechosos. El grupo de investigación abrió diligencias contra 19 extranjeros, de los cuales 10 son demandantes de asilo.
Cuando el ministerio de Interior hizo pública esta información, el jueves, la Asociación alemana del Islam recibió 50 amenazas telefónicas y cientos de ellas por email. El flujo incesante de llegadas de refugiados ya había provocado un aumento de los ataques contra centros de acogida, que rozaron los 900 a finales de 2015. Tras lo ocurrido en Nochevieja, el país vive un repunte de la violencia xenófoba sin precedentes. «El odio cobra ahora una nueva dimensión», explicó el presidente del Consejo de Musulmanes, Aiman Mazyek.
De hecho, el sábado un refugio para asilados de Aschenberg fue objeto de un incendio provocado. Y el domingo un grupo de ultras, convocados a través de las redes sociales, salieron al centro de Colonia a cargar contra todo aquel que pareciera extranjero. La jornada se saldó con dos pakistaníes y un sirio hospitalizados. «Nada justifica delitos de este tipo», afirmó el portavoz de la canciller.
Las contradicciones entre el Gobierno y las autoridades regionales no ayudan a calmar los ánimos. Un alto cargo de la policía de Renania del Norte-Westfalia rechazó ayer la tesis del ministerio de Justicia, según la cual los ataques fueron planeados. Por su parte, el titular de Interior de ese Estado federado, Ralf Jäger, acusó a la policía de Colonia de cometer «graves errores» aquella noche.
Aunque quien está en jaque es Angela Merkel, que recibe estos días varapalos dentro y fuera de Alemania. En casa, la oposición critica su viraje en política migratoria al apostar por endurecer la legislación penal vigente para los refugiados y acelerar las deportaciones. Pero fuera, las puñaladas no son menos profundas. «Alemania pendiente de un hilo», reza un editorial del New York Times en el que el autor pide la dimisión de la canciller.