Es el primer viaje a la isla de un presidente de EE.UU. en activo en 88 años
19 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El propio Obama lo confirmó este jueves en su cuenta de Twitter: «El mes próximo viajaré a Cuba para promover nuestros esfuerzos por mejorar la vida del pueblo cubano». Poco después, la Casa Blanca emitía un comunicado en el que especificaba que la visita será los días 21 y 22 de marzo.
La visita será histórica por varias razones. Es la primera de un presidente en activo desde hace 88 años, ya que la de Jimmy Carter en el 2002 fue mucho después de que abandonara la Casa Blanca. Se produce 15 meses después de que ambos países hayan iniciado la normalización de relaciones, rotas durante más de 60 años. Y, sobre todo, Obama pisará Cuba mientras su país sigue manteniendo el embargo económico, a pesar de que pidió en reiteradas ocasiones su fin, como volvió a repetir el comunicado del Gobierno ayer: «Creemos que el Congreso debe levantar el embargo para que avancen el bienestar y los derechos humanos del pueblo cubano».
Ben Rhodes, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, confirmó que habrá encuentro con la disidencia, además de «una reunión bilateral con el presidente Raúl Castro» y con «empresarios cubanos de distintos ámbitos», tal como había adelantado el comunicado de la Casa Blanca. Lo que no está previsto es que se encuentre con Fidel Castro. Obama había dicho en varias ocasiones que quería hacer esta visita durante su mandato, aunque en una entrevista a Yahoo en diciembre aseguró que solo viajaría a la isla cuando se cumpliera una condición: «Si voy allí, el pacto es que puedo reunirme con todo el mundo».
Los republicanos criticaron el viaje, empezando por los candidatos Ted Cruz y Marco Rubio, ambos de origen cubano, como viene ocurriendo desde el anuncio de diciembre del 2014. Rubio aseguró que no viajaría a la isla «mientras Cuba no sea libre» y Cruz que no lo hará «mientras los Castro sigan en el poder». Pero aunque esta es la corriente mayoritaria en el partido, no todos los conservadores piensan así. El senador Jeff Flake, que pertenece a la Comisión de Exteriores, dio la bienvenida a la visita.
Los que más se oponen son los exiliados en Miami, un grupo profundamente conservador, pero incluso entre ellos hay fisuras, pues las generaciones que ya nacieron en EE.UU. aplauden la decisión de Obama, como con el resto de la población latina. Incluso el 52 % de los estadounidenses no hispanos miran de forma positiva a Cuba ahora. Esta corriente de opinión podría provocar que la visita tenga consecuencias en las elecciones. Las posturas contrarias a cualquier acercamiento, como las de Cruz y Rubio, y también desde ayer Jeb Bush, podrían alejar el voto moderado y el hispano, imprescindibles para hacerse con la nominación.
Argentina
A continuación Obama, que viajará con su mujer, Michelle, irá los días 22 y 23 a Argentina, donde buscará aumentar la cooperación entre ambos Gobiernos en comercio e inversiones, energías renovables, cambio climático y seguridad ciudadana. La visita se anuncia en medio de la negociación con los fondos buitre.