El Gobierno de Erdogan reclama además que se acelere la «liberalización de los visados»
07 mar 2016 . Actualizado a las 22:18 h.Turquía ha pedido a la Unión Europea (UE) otros 3.000 millones de euros hasta el 2018, que se sumarían a los 3.000 ya prometidos en noviembre, y nuevas concesiones en política de visados a cambio de su contribución a frenar la llegada de refugiados a Europa, durante la cumbre que se celebra en Bruselas. «Se están debatiendo 3.000 millones» de euros, informó el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, al margen de la cumbre UE-Turquía sobre la crisis de refugiados.
La UE ya ofreció una cantidad similar en noviembre para mejorar el suministro a los refugiados sirios en territorio turco, pero los debates internos sobre el reparto de las cargas retrasaron un acuerdo concreto. «Han pasado cuatro meses y aún no han llegado» los fondos, dijo por su parte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, desde Ankara.
Los 3.000 millones más que pide ahora Ankara son también para los refugiados en su territorio que, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ascienden a 2,7 millones. Schulz dijo que la UE tendrá que volver a tomarse el trabajo de reunir esa cantidad y señaló que el Parlamento Europeo, que tiene poder de decisión en los presupuestos europeos, está dispuesto a ello.
Sin embargo, de los Estados llegaron las primeras reticencias. «No estoy dispuesto a poner a disposición más medios mientras no se compensen al mismo tiempo las cargas que sufren países como Alemania, Suecia o Austria», señaló el ministro de Finanzas austriaco, Hans Jörg Schelling. El Gobierno turco espera también contraprestaciones políticas a su ayuda, como acelerar la reforma de la normativa de visados que regula los viajes de los ciudadanos turcos a territorio europeo.
El primer ministro húngaro, Víktor Orban, que ya se opone al programa europeo para reubicar solicitantes de asilo llegados a Grecia e Italia, ha sido uno de los líderes de la UE que ha expuesto su oposición al plan debatido con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en una cumbre en Bruselas. «El primer ministro Orban ha vetado el plan UE-Turquía de reubicar demandantes de asilo directamente desde Turquía», ha anunciado a través de twitter un portavoz del Gobierno húngaro.
La oposición de Hungría, sin embargo, no es el único escollo en la negociación, ya que el resto de países que forman el llamado 'grupo de Visegrado' (Polonia, República Checa y Eslovaquia, además de Hungría) también han mostrado reservas a la propuesta. «No están dispuestos a tomar decisiones tan importantes hoy», han explicado a Europa Press fuentes europeas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tienen en la agenda una nueva cumbre prevista para dentro de diez días, centrada también en la estrategia europea en materia migratoria.
Según Schulz, Ankara exigió que se acelere la flexibilización de las condiciones de visado, pero la agencia de noticias Anadolu aseguró que Ankara exigió una exención de visado para sus ciudadanos a partir de junio. Hasta ahora la UE pretendía flexiblizar el visado a partir de octubre.
El primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, señaló también su confianza en un impulso para las conversaciones de ingreso de Turquía en la UE. «Tenemos que tener una visión completa: no sólo la migración irregular, sino el futuro entero de nuestro continente está sobre la mesa», señaló. La UE y Turquía se necesitan mutuamente, añadió. En contraprestación, se espera que Turquía acepte la devolución de más refugiados desde Grecia: durante los preparativos de la cumbre se había dicho que podría aceptar la devolución de los refugiados por motivos económicos pero después se dijo que también podría acoger a refugiados sirios. El encuentro, que se preveía terminara a las 19:00 horas, se alargó después de que Davutoglu propusiera «ideas nuevas y bastante ambiciosas», según fuentes diplomáticas en Bruselas.
Tras la presentación de propuestas turcas, los líderes de los 28 países miembro debatirán una respuesta conjunta, según una fuente en condición de anonimato. Después, el jefe de Gobierno turco se les unirá para la cena.
La UE busca la cooperación de Turquía para frenar la llegada de refugiados. Turquía es el país de paso de la mayoría de refugiados y migrantes que buscan llegar a Europa desde Oriente Medio. De ahí cruzan el mar Egeo hasta Grecia y desde allí continúan su camino hacia el centro y norte de Europa, en su mayoría utilizando la conocida como ruta de los Balcanes. Pero los controles y limitaciones fronterizas, entre otros países en Macedonia, han hecho que miles se queden varados en Grecia. El cierre de la ruta de los Balcanes fue otro de los temas a debate, en el que se escucharon posiciones encontradas.
«No puede ser que se cierre», dijo la canciller alemana, Angela Merkel. Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, mostraron sus reticencias a que se hable de cierre de esa ruta en la declaración final de la cumbre.
Sin embargo, los países de esa ruta defendieron la formulación. «Estoy muy a favor de decir a todos con palabras claras: cerraremos todas las rutas, también la de los Balcanes», dijo sin embargo su homólogo austriaco, Werner Faymann. «Los traficantes de personas no deben tener ninguna oportunidad».
También el primer ministro húngaro, Viktor Orban, defendió un cierre de fronteras y pidió que nadie pueda pasar sin permiso o registro. Su homólogo croata, Tihomir Oreskovic, también presiona a favor del cierre.
Las negociaciones con Turquía se vieron ensombrecidas por la actuación de la Justicia turca contra el principal diario opositor del país, «Zaman». Políticos europeos y turcos advirtieron del peligro de que se traicionen los principios europeos en las negociaciones. «No puede ser (...) que por la cuestión de los refugiados se tiren por la borda otros valores importantes para Europa como la libertad de prensa», señaló primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel.
En su conversación con Davutoglu, Schulz subrayó la importancia de la libertad de prensa como «elemento central de la identidad de la UE». «La libertad de prensa es precisamente eso: que el Gobierno no determine lo que sale en un periódico», señaló.
También el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), en la oposición en Turquía, acusó a Merkel de traicionar los valores europeos, callando ante las violaciones de los derechos humanos y la presión ejercida sobre los medios, dijo el copresidente de ese partido prokurdo, Selahattin Demirtas, en Bruselas.