La participación será clave, ya que si logra llegar al 60 por ciento garantizará la victoria de los europeístas
16 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La campaña para el referendo del 23 de junio sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea arrancó ayer con las encuestas más empatadas que nunca, por lo que será clave el índice de participación y la decisión que tomen los indecisos.
Los sondeos pronostican un referendo muy reñido. Según el último, el sí y el no comparten un 39 % en la intención de voto, con un 21 % del electorado que aún no tiene claro que papeleta depositará en la urna. La participación de los jóvenes, más favorables a la UE pero más reacios a votar, será decisivo para contrarrestar los sufragios de los británicos mayores de 60 años y más euroescépticos.
«Si la participación ronda el 30 %, ganará la salida de la Unión, porque las únicas personas que habrán ido a votar son aquellas para las que es verdaderamente importante el brexit», reconoció Joe Twyman, del instituto de sondeos YouGov. Pronostica que los europeístas necesitarán una participación del 60 % para garantizar la victoria.
El electorado se encontrará con una papeleta con la pregunta: «¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o salir de la Unión Europea?». La maquinaria propagandística ya está en marcha. De hecho, el Gobierno ha mandado 27 millones de panfletos ensalzando las ventajas económicas y de seguridad que da seguir unido a Bruselas. Además, el primer ministro británico, David Cameron, que deja atrás una semana horrible por la implicación de su padre en los papeles de Panamá y su mala gestión de la crisis del acero, contará el próximo jueves con el apoyo del presidente Barack Obama. Además, el Fondo Monetario Internacional le echó un capote, advirtiendo de que un brexit causaría «severos daños regionales y mundiales al alterar relaciones comerciales bien establecidas».
Por su parte, los defensores del brexit, con el alcalde de Londres, Boris Johnson, a la cabeza, tienen claro dónde hay que ir a buscar votos para garantizar la victoria: lejos de Londres. En concreto, en sus feudos del norte de Inglaterra, en ciudades como Manchester, Sheffield y Liverpool.
El exministro laborista Alistair Darling volvió al primer plano de la política para cargar contra los euroescépticos, que plantean «un futuro de fantasía» en el que el país conserva «todas las ventajas de estar en Europa sin ser parte del mercado único». En el bando de los que quieren romper con Bruselas, el ministro de Justicia tory, Michael Gove, argumenta que los 63 millones de euros diarios que Londres envía a la UE estarían mejor en el servicio nacional de salud británico.