«¡Han roto el cerco. Alepo es libre!»

Laura Fernández Palomo AMÁN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

AMMAR ABDULLAH | Reuters

La ofensiva rebelde da un giro a la batalla, cuyo destino decidirá el futuro de la guerra siria

07 ago 2016 . Actualizado a las 08:42 h.

«¡Lo hicieron, lo lograron! ¡Han roto el cerco, Alepo es libre!», estalló en emoción Ismail a pocos metros de la línea del frente y con los estruendos de la artillería de fondo. Este voluntario de la Defensa Civil, grupo que desarrolla labores de rescate de civiles, celebraba lo que considera el alivio de los 300.000 residentes sitiados desde principios de julio por las fuerzas del régimen de Bachar al Asad. La contraofensiva lanzada por una coalición de grupos opositores y yihadistas para romper el asedio ha avanzado con extraordinaria rapidez hasta hacerse ayer con la carretera de Ramusah, que da acceso a la ciudad por el suroeste. Un giro en la batalla de Alepo, donde se decide el futuro de Siria.

Durante toda la jornada se registraron fuertes enfrentamientos en el complejo de escuelas militares del barrio progubernamental de Ramusah, donde los rebeldes habían entrado por la noche. La Academia de Artillería ha sido clave para que Al Asad mantuviera el control de Alepo desde que en el 2012 quedara dividida en dos: el este bajo control de opositores y facciones salafistas y el oeste en poder del régimen. Con la toma de la academia, los insurgentes tiene ahora acceso a munición y armamento, lo que presupone una ventaja sustancial en la lucha, que hasta la semana pasada dominada la coalición prorrégimen.

Liderazgo yihadista

«El resultado de la batalla irá más allá del levantamiento del asedio. Cambiará el equilibrio de fuerzas y se abrirá un nuevo capítulo en la guerra», había declarado triunfal Abu Mohamad al Jolani, el líder del Frente Fateh al Sham (antiguo Frente al Nusra, que renunció a su vínculo con Al Qaida), en webs yihadistas. Este grupo está liderando la contraofensiva como demuestra la utilización de atacantes suicidas y coches bombas con los que derrumbaron el muro del complejo militar. Las fuerzas oficialistas no han podido repeler, ni con el apoyo de la aviación rusa, la operación en la que participan más de 22 facciones de corte islamista y el Ejército Libre Sirio (ELS). Aunque los medios prorrégimen negaron que se hubiera roto el cerco. Una semana de combates se ha cobrado la vida de más de 700 combatientes de ambos bandos.

El 9 de julio, las tropas de Damasco cortaron la carretera de Castello por donde llegaban los suministros a la zona rebelde. Jaled transmitía ayer la alegría de la población: «Se echaron a la calle para festejar la ruptura del cerco que estaba impidiendo la entrada de comida y productos básicos».

«Tenemos un convoy con equipamiento médico para enviar en cuanto puedan abrir un corredor», confirmó a Carlos Francisco, coordinador de Médicos Sin Fronteras para operaciones en Siria, sobre la urgencia de abastecer a los civiles sitiados. «Todos los hospitales en Alepo han sufrido dos o tres bombardeos, cada vez quedan menos ambulancias y el deterioro es generalizado. Solo hay 40 médicos para atender a toda la población», alertó.

La coalición kurdo-árabe retoma un feudo del Estado Islámico

En otro frente de la guerra, el de la lucha con el Estado Islámico (EI), la alianza kurdo-árabe, Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), consiguió echar al grupo terrorista de la ciudad de Manbij, en el norte de la provincia de Alepo, tras más de dos meses de ofensiva. Los terroristas utilizaban esta estratégica localidad para enviar provisiones desde la frontera turca hasta Raqa, donde establecieron la capital del califato que declararon en el 2014.

Las FDS, que lideran las poderosas Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas con el apoyo del Pentágono, comenzaron la ofensiva a finales de mayo pero no consiguieron entrar en la ciudad hasta el pasado 23 de junio. Ayer el portavoz del Consejo Militar de Manbij, Sherfan Darwish, anunció que sus tropas controlan el 90 % de la zona. La reconquista ha tenido lugar con el apoyo desde el aire de la coalición internacional y es clave en la estrategia para derrocar al EI en el país, donde sigue perdiendo territorio.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que los milicianos kurdo árabes están inspeccionando la ciudad, donde todavía quedan elementos yihadistas. Desde que comenzara la operación han muerto 432 civiles, entre ellos 104 menores de edad y 54 mujeres, según datos de esta oenegé con base en Londres.