«Internet y los móviles terminaron acabando con los radioaficionados»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Lleva más de 20 años emitiendo y lamenta la desaparición de radio clubes

11 may 2015 . Actualizado a las 07:49 h.

Pertenece a un gremio en peligro de extinción. En las ondas se le conoce como Escorpión: «Es mi QRZ, mi apodo, lo que sería el nick de Internet. Me lo puse, en un principio, porque mi grupo de música favorito eran los Scorpions, y ya me quedó el nombre», dice Alejandro Carril, uno de los cada vez menos radioaficionados que quedan en activo, que reivindica su afición recordando tiempos mejores: «Si la gente lo probase se engancharía, pero es difícil darlo a conocer», asegura.

-¿Cómo se hizo usted radioaficionado?

-Empecé en 1992, a través de un amigo mio que tenía un primo en Madrid que era radioaficionado. Vino una vez a visitarlo y le enseñó cómo funcionaba. Terminó comprándose una emisora y, a los pocos días, yo ya tenía también la mía. Así que empezamos juntos. Era la gracia de hablar y conocer gente de todos lados, incluso de fuera de España. Y después hacíamos quedadas, que en este mundo se llaman verticales. Quedábamos veinte personas en algún punto de la ciudad y a través de eso hice muchos amigos. Muchos estaban metidos en esto por el trabajo, como los taxistas o los camioneros, repartidores de paquetería, vigilantes de garajes que se comunicaban con esto... Había gente de todo tipo.

-¿Se ve organizando ahora una vertical?

-Ahora sería imposible, al menos en la provincia de A Coruña. Yo sigo, pero lo tengo un poco dejado de lado porque la cosa está muy parada. Ahora es más fácil hacer contactos con otros países que conocer a alguien de tu ciudad.

-¿Por qué han desaparecido los radioaficionados?

-Supongo que la culpa hay que echársela a Internet y a los móviles. Acabaron con los radioaficionados. Lo primero fueron los móviles, porque antes mucha gente utilizaba la emisora para comunicarse. Pero cuando empezaron a salir los móviles ya lo fueron dejando de lado. E Internet vino a matarlo definitivamente. Puede resultar paradójico, pero en Facebook hay grupos de radioaficionados. Ahora nos comunicamos a través de Internet.

-Tiene gracia, porque en cierto modo ustedes fueron pioneros de las redes sociales, aunque a través de las emisoras.

-Exacto. Incluso durante unos años se mezclaron las dos cosas, se transmitía con la emisora a través del ordenador. Pero no llegó a triunfar, quedó absorbido por las redes sociales y demás.

-¿Cómo organizaban esas quedadas?

-Yo estaba en un radio club que se llamaba Radio Amigos Coruña, y como el nuestro había un montón. Organizábamos actividades como la caza del zorro, en la que una persona en un coche se escondía en la ciudad o en un monte e iba emitiendo. Los participantes tenían que localizarlo, según iban captando la señal. Pero el club ya no existe. Quedan asociaciones, sobre todo a nivel nacional e internacional, más profesionales, pero esos pequeños clubes fueron desapareciendo.

-¿Con qué se encontró a través de las ondas?

-Te encuentras gente de todo tipo, más allá de las amistades que haces en tu ciudad. Por ejemplo, cuando hablas con otro país solíamos mandarnos una QSL, que es una postal donde te indican el equipo con el que transmite, la antena, la potencia, la señal con la que emite... Yo tenía un inglés básico, al final utilizas siempre las mismas palabras para comunicarte con la emisora, pero he hablado con toda Europa, Sudamérica, Estados Unidos...