20 claves para comprender a un niño con autismo
09 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Iván es un niño de 6 años de edad diagnosticado de trastorno del espectro autista que está escolarizado en un centro público desde que tiene 3 años. Tiene un profesor de apoyo a su lado la mayor parte del tiempo y unos compañeros de clase que lo quieren mucho, a pesar de que de vez en cuando se le da por tirarles del pelo o por ponerse a chillar sin venir a cuento. Entonces se quedan un poco descolocados... Los propios profesores tienen que hacer un esfuerzo por comprender que esas conductas son propias del trastorno que padece, aunque no siempre sepan cuál es la mejor forma de enfrentarse a ellas. Para su familia, llegar al diagnóstico y asimilarlo tampoco ha sido un camino de rosas. Pero, como dice su madre, «ahora al menos conocemos sus necesidades y sabemos cómo ayudarlo».
Pero ¿qué es el autismo? El último manual diagnóstico lo define como «trastorno del neurodesarrollo caracterizado por deficiencias en la comunicación e interacción social y patrones restrictivos y repetitivos de conducta». Así que mejor acudamos a los 20 principios de Ángel Riviére. Este psicólogo especializado en este tipo de trastornos es el autor del siguiente texto: ¿Qué nos pediría un autista si pudiera hacerlo?
1 Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder.
2 No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.
3 No me hables demasiado ni demasiado deprisa. No es la mejor manera de relacionarte conmigo.
4 Hazme saber cuándo he hecho las cosas bien. Cuando tengo demasiados fallos me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.
5 Dame orden y evítame la sensación de caos.
6 Ayúdame a entender lo que tengo que hacer. A veces no entiendo lo que me pides.
7 No me invadas excesivamente. A veces los demás sois demasiado imprevisibles y ruidosos.
8 Lo que hago no es contra ti, tenlo claro. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, no estoy tratando de hacerte daño.
9 Mi desarrollo tiene su propia lógica, aunque no sea fácil de entender. Muchas de las conductas que llamáis alteradas son formas de enfrentarme el mundo desde mi especial forma de percibir.
10 Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras que resulta difícil penetrar en él.
No vivo en una fortaleza vacía, sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible.
11 No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. El autista soy yo, ¡no tú!
12 No solo soy autista, también soy un niño. Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.
13 Merece la pena compartir experiencias conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas.
14 No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.
15 Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan.
16 No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer para ser lo más autónomo posible.
17 Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor.
18 Ayúdame con naturalidad y sin convertirlo en una obsesión. No te sientas como si llevaras una pesada carga a tus espaldas.
19 Acéptame como soy. Sé optimista sin hacerte novelas. Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.
20 Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya. Tú y yo podemos compartir muchas experiencias.
Las señales de alarma
No siempre resulta sencillo realizar una detección temprana de los síntomas propios del trastorno del espectro autista (TEA), ya que de forma aislada pueden darse de forma natural en el proceso de desarrollo. En todo caso, los siguientes indicadores en menores de 2 años pueden ser considerados como señales de alerta (resumen de la Mesa de Detección Precoz y Atención Temprana de Aetapi, Asociación Española de Profesionales del Autismo).
ÁREAS DE COMUNICACIÓN Y SOCIALIZACIÓN
- Casi nunca atiende cuando se le llama. A veces parece sordo.
- No señala para mostrar o compartir su interés.
- No ha desarrollado el lenguaje oral, o lo ha perdido.
- Sí tiene lenguaje, pero lo usa de manera peculiar o es muy repetitivo.
- Se ríe o llora sin motivo aparente.
- No reacciona casi nunca ante lo que ocurre a su alrededor.
- Parece no interesarse por los demás.
- Apenas mira a la cara sonriendo a la vez.
- Generalmente no se relaciona con los otros niños.
- No suele mirar hacia donde se le señala.
ÁREAS DE JUEGO Y EXPLORACIÓN DEL ENTORNO
- Es muy sensible a ciertas texturas, sonidos, olores o sabores.
- Tiene movimientos extraños, repetitivos.
- Presenta rabietas o resistencia ante cambios ambientales.
- Tiene apego inusual a algunos objetos o a estímulos concretos.
- Usa los juguetes de manera peculiar (los gira, los tira, los alinea...).
- Apenas realiza juego social, simbólico o imaginativo (hacer como si).
- Sus juegos suelen ser repetitivos.
Escuela de padres
? TEMA DEL MES: Hijos con necesidades educativas especiales.
? ETAPA: Infantil.
? LA FRASE: «Mi vida no ha sido fácil, pero ahora como adulta y autista me gusta la forma lógica y detallada de mi pensamiento» (Temple Grandin).
? PARA SABER MÁS: «TEA! Guía para la detección precoz». Consejería de Salud, Junta de Andalucía (http://goo.gl/WhDvNt)