Finca Míllara intercala plantaciones de olivo en sus veintiún hectáreas de viñedo
26 feb 2012 . Actualizado a las 07:04 h.El singular proyecto que inició el empresario coruñés Fernando de Santiago con la restauración de la aldea abandonada de A Míllara, situada en un impactante paraje de la ribera del Miño, a su paso por Pantón, también ha rescatado del olvido una de las zonas privilegiadas para el cultivo del viñedo en la Ribeira Sacra. La bodega Finca Míllara ha reunido en esa zona veintiún hectáreas de viñedo en una sola pieza, en la que se han reconstruido las terrazas para facilitar la mecanización siempre dentro de los límites que impone la pronunciada pendiente.
«No hemos hecho terraplenes en tierra, sino bancales con muros de piedra, como los de toda la vida. La diferencia es que nos permiten cierta mecanización a la hora de mover la tierra, porque no utilizamos herbicidas», señala Fernando de Santiago. Entre los bancales se están plantando olivos de la variedad arbequina, con la intención de elaborar un aceite artesanal de tirada limitada. «El terreno y la orientación son ideales y en la zona existían almazaras que atestiguan que se elaboraba aceite antiguamente», dice el bodeguero.
Nuevos proyectos
Las veintiún hectáreas de la viña están plantadas en su mayoría con la variedad mencía, aunque recientemente se incorporaron siete mil cepas de sousón, uva que la bodega considera muy adecuada para sus tintos de crianza por su intensidad colorante y riqueza en taninos.
Fernando de Santiago tiene previsto, por otro lado, ampliar el catálogo de vinos con un nuevo tinto con un perfil más joven, que pasará por una breve estancia en madera en barricas de segundo y tercer año.