Vuelve el fuego a Pantón tras dos semanas de tregua

La Voz

A LAMA

ALBERTO LÓPEZ

Vecinos de Budián apagaron las llamas que habían prendído en el tejado de una casa abandonada

14 sep 2013 . Actualizado a las 16:02 h.

El sur de Pantón sufrió ayer el incendio forestal número trece desde mediados de agosto. Fue también el más peligroso y el más destructivo. Prendió justo al lado de las casas de la aldea de Budián y se extendió con rapidez por la ladera que termina en el río Cabe. Según las cifras provisionales de la Consellería de Medio Rural, durante las casi cinco horas que permaneció activo quemó aproximadamente diez hectáreas, cerca de la mitad arboladas.

La voz de alarma la dieron los vecinos de Budián a las tres y diez de la tarde. Enseguida se corrió la voz de que había fuego al lado de la conocida como Casa da Magdalena, una vivienda de piedra que lleva mucho tiempo abandonada y que ahora está medio derruida. El fuego había empezado en un prado seco justo al pie de esta casa y en unos minutos prendió en lo que queda de la madera del tejado. «Botámoslles uns caldeiros de agua para arriba e démolo apagado porque aínda ardía pouco». Así cuenta Manuel Álvarez, un jubilado del pueblo, cómo reaccionaron.

Fue providencial que el viento soplase del norte, porque en vez de avanzar hacia la aldea, las llamas fueron en la dirección contraria, hacia la vía del tren y la parte baja de la ribeira del Cabe por la zona conocida como A Lama. Los vecinos aseguran que las primeras brigadas contraincendios llegaron rápido. En un primer momento se centraron en frenar las llamas que habían saltado el camino que separa la parte alta de Budián de la ladera del monte Sampaio. Si se hubiese propagado en esa dirección podría haberse descontrolado con facilidad, porque se trata de un monte con grandes plantaciones de pinos.

Los aviones tardaron

En esos primeros momentos, tuvieron poco apoyo aéreo. Los aviones de la base de Doade y el helicóptero del monte Marroxo estaban en otros incendios forestales. El primer avión sobrevoló la zona a las cuatro de la tarde, una hora después de vistas las primeras llamas. Después empezaron a llegar más y según la consellería acabaron actuando en este incendio ocho aviones y tres helicópteros.

Controlado el lateral del fuego que amenazaba el monte Sampaio, las brigadas fueron a por la parte frontal, que para entonces había avanzado varios cientos de metros provocando importantes daños en una viña y una casa abandonada cercanas a la aldea, y calcinando una amplia zona de vegetación espesa con mucho matorral, pero también manchas de pinos y diferentes especies de frondosas.

Los servicios de extinción lo dieron por controlado a las ocho menos diez de la tarde. Las tareas de extinción fueron coordinadas por dos agentes y en ellas intervinieron siete brigadas, cuatro camiones de agua y una excavadora.

Los vecinos están convencidos de que este incendio también fue provocado, igual que los otros doce que sufrieron Acedre y las parroquias veciñas de Espasantes y Cangas. Uno grupo de jóvenes que vigilaba con ramas en las cercanías del pueblo por si las llama se reavivaban aseguraba que el fuego había empezado en tres sitios a la vez.