Un estudio de la historiadora Begoña González resalta la importante influencia del románico compostelano en la zona
27 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Mañana se presentará en la Casa de Cultura de Taboada -a las 19 horas- el libro A presenza do mestre Mateo no sur da provincia de Lugo-, de la historiadora Begoña González Aguiar, que fue distinguido con el sexto premio de investigación histórica Condado de Pallares. La obra analiza el importante influjo de la escuela románica compostelana en las iglesias de la Ribeira Sacra lucense, un aspecto que no fue muy estudiado hasta ahora por los especialistas en historia del arte. Solo algunos expertos, como Ramón Yzquierdo Perrín y Sonia Fernández, se ocuparon antes de esta cuestión.
La influencia del maestro Mateo, según explica Begoña González, se expandió por la cuenca del Miño a raíz de la construcción de las iglesias de San Xoán de Portomarín y Santo Estevo de Ribas de Miño, en O Saviñao. La primera de ellas, según todos los indicios, fue levantada por un taller formado por discípulos de la escuela de Mateo después de que acabase la construcción de la catedral de Santiago, hacia 1210. Estas dos iglesias, a juicio de la historiadora, pueden considerarse como «completamente mateanas» y se caracterizan por una compleja decoración escultórica que ofrece un claro parentesco con la de la catedral compostelana. En una de las puertas del templo de Portomarín se despliega un conjunto de veinticuatro figuras de músicos muy similar al del Pórtico de la Gloria. En Santo Estevo hay una escena semejante, pero en una versión simplificada, en la que los músicos se reducen a siete.
Simplificación estilística
A partir de estos dos núcleos, apunta la historiadora, el influjo de la escuela compostelana se propagó por las orillas del Miño, aunque la huella estilística de los discípulos de Mateo se fue simplificando con el paso del tiempo. El uso de los motivos vegetales, la decoración geométrica y los diseños ajedrezados son característicos de esta corriente. Esta herencia artística se puede percibir en mayor o menor grado en las iglesias de Santa María de Pesqueiras, Santa María de Camporramiro (Chantada), San Xoán da Cova, Santa Baia do Búbal, (Carballedo), Santa María de Piñeira (Taboada), San Vitoiro de Ribas de Miño (O Saviñao) y Santo Estevo de Atán (Pantón). Y también en la de San Fiz de Asma, en Chantada, aunque en este caso el único elemento románico se reduce al vano de una puerta.
Begoña Fernández considera que este valioso conjunto de iglesias de influencia compostelana -muy cercanas unas de otras, por otra parte- podría unirse mediante una ruta temática de turismo cultural.