Entre los estudios efectuados en los últimos años sobre los yacimientos paleolíticos de la depresión monfortina figura un experimento realizado para determinar el uso que pudieron tener algunos de los artefactos líticos encontrados en la zona. Siguiendo un procedimiento utilizado con frecuencia en este tipo de investigaciones, se fabricaron réplicas de varias herramientas empleando la misma materia prima de las originales, en este caso cuarcitas procedentes del lugar de Costa Grande. Con estos útiles experimentales se procedió a desollar, descuartizar y descarnar el cadáver de una oveja adulta.
La prueba tenía por objetivo comparar las pequeñas marcas de uso que quedaron en las herramientas replicadas que se utilizaron para esa labor -visibles a través del microscopio- con las de las utensilios originales. Con este método se puede precisar si un determinado artefacto paleolítico fue empleado para cortar pieles o carnes, romper o raspar huesos, aguzar palos o cualquier otro uso.
En este caso, se pudo comprobar que dos de las piezas arqueológicas examinadas -de un total de diecisiete- presentaban marcas evidentes de haber sido utilizadas para despellejar y despiezar animales. Los arqueólogos puntualizan que la composición heterogénea de las cuarcitas, que se rompen de una forma muy irregular, no permite caracterizar con mucha precisión las marcas de uso ni en los útiles originales ni en las réplicas, a diferencia de otros minerales más compactos. Para obtener resultados más precisos sobre el uso de estos artefactos, según los investigadores, será necesario realizar nuevos estudios.