Vilamelle, una tierra de hidalgos legendarios

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LUGO CIUDAD

CARLOS RUEDA

Huellas de diferentes épocas se mezclan en el patrimonio de esta parroquia de Pantón

25 jun 2014 . Actualizado a las 10:52 h.

La parroquia de Vilamelle, en Pantón, es recordada por una batalla librada entre las tropas del hidalgo Alonso López de Lemos y los rebeldes irmandiños durante la célebre revuelta que sacudió Galicia entre 1467 y 1469. La tradición sitúa este suceso en el Campo da Pedrosa, a la altura de Vilamelle y junto la carretera que une este núcleo con Monforte, a medio kilómetro del puente de Mañente. Al parecer, López de Lemos salió al paso de una columna irmandiña procedente de Monforte que destruyó en Sober la fortaleza del conde de Amarante y se dirigía hacia Ferreira para derribar otro baluarte señorial. Alonso López salió victorioso y después tomó Monforte, poniendo la villa de nuevo bajo el poder del conde de Lemos.

La localidad es la cuna de Amaro de Vilamelle, uno de los personajes de la novela Los hidalgos de Monforte, de Benito Vicetto. Amaro era uno de los hidalgos al servicio del conde de Lemos y en el siglo XV poseyó la torre de Vilamelle. Junto con tales recuerdos históricos y legendarios, Vilamelle conserva un patrimonio en el que se mezclan huellas de la época medieval y de otros periodos y que se puede conocer en un sencillo recorrido.

En el barrio de Outeiro se encuentra la iglesia parroquial, que en la toponimia oficial recibe el nombre de San Cibro, aunque algunos vecinos la llaman San Cibrao. El edificio actual data del siglo XVII, pero hay documentos del año 1180 que mencionan la existencia de una iglesia en este lugar. Son donaciones del rey Fernando II a la condesa Fronilde y al monasterio de Ferreira. Entre ellas estaba la iglesia de Vilamelle, que entonces era una construcción de tipo románico.

Al lado del templo se halla la Casa de Ulloa, propiedad de una prestigiosa familia vinculada al mundo de la óptica, a la que se conocía por el nombre de su negocio, Ulloa Óptico. Hoy está cayendo en la ruina y según explica un vecino de la localidad lleva abandonada unos sesenta años. Tras el fallecimiento del antiguo propietario -agrega el vecino-, la casa fue heredada por sus hijos, pero los dueños vivieron siempre en Madrid y no se preocuparon por ella. Durante años fue llevada por unos vecinos y después cayó en el abandono.

Rectoral restaurada

A unos cien metros, junto a la carretera, se halla la vieja casa rectoral de Vilamelle, que hoy está siendo restaurada como vivienda particular. Un vecino del lugar, Juan Jesús Rodríguez, dice que el edificio se levantó en tiempos de sus bisabuelos. Fue propiedad de una familia conocida como los de Frontón y en ella vivieron tres curas. Al quedar desocupada, el obispado se hizo con ella. Más tarde fue vendida por la Iglesia a un particular y finalmente pasó de nuevo a la familia de Frontón.

Frente a la iglesia, a unos cien metros, está el lugar de O Mato, donde se halla una fuente con lavadero conocida por Fonte Colmar. Fue levantada por los vecinos y dedicada con una placa a la familia Ulloa. En el cercano barrio de Floxón está la fuente más antigua de la parroquia, la Fonte das Hortalizas. Pertenecía a la Casa do Diomondi, aunque también la usaban los demás vecinos. A pocos metros está la bodega de Belarmino, una de las mayores de Vilamelle. Sus viñedos se situaban en A Pedrosa. Buena parte de su producción de vino se vendía en Lugo y Canaval.

En el centro de Vilamelle está el lugar de O Castro. El asentamiento al que alude el topónimo se halla muy alterado por la construcción de viviendas. En la parte alta del monte Gueime está el yacimiento de Os Froxós, hoy casi cubierto por la maleza, donde aparecieron restos de muros y cerámica.