Siglos de hierro y de fuego en la ferrería de Penacova

carlos rueda, francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Bóveda conserva una de las pocas fraguas restauradas de Galicia y ofrece demostraciones de la técnica tradicional

19 jul 2015 . Actualizado a las 10:39 h.

En Galicia no hay actualmente muchas oportunidades para ver cómo funcionaban las fraguas tradicionales. Uno de los lugares donde esto es posible es la ferrería de Penacova, en el municipio de Bóveda. Es la única de las viejas fábricas de hierro del sur lucense que fue restaurada y que ofrece demostraciones a los visitantes. También se restauró la ferrería de Seoane do Courel, pero solo abre en contadas ocasiones y nunca se pone en funcionamiento.

La ferrería de Penacova fue rehabilitada por primera vez en 1995. Entre el 2004 y el 2006 hubo que realizar nuevas reformas, que afectaron a los fuelles, la estructura del banzado o depósito de agua y la cubierta del edificio, que amenazaba venirse abajo. Lo que se puede ver ahora en funcionamiento es la fragua que formaba parte de la ferrería. El proceso de calcinación de mineral de hierro al estilo tradicional -que requería grandes cantidades de combustible- no sería fácil de reproducir hoy en día.

No se sabe con exactitud cuándo empezó la actividad de esta factoría siderúrgica. Las primeras referencias documentales datan de 1780 y proceden del célebre geógrafo y naturalista José Cornide Saavedra. Por entonces era propiedad de Casa de Maside, perteneciente a la familia Arias, y fundía una media anual de 550 quintales de hierro. El mineral procedía de los yacimientos de A Veneira de Roques, en el municipio de A Pobra do Brollón.

La factoría estuvo funcionando de forma regular hasta 1850. A partir de entonces solo fundió hierro de forma esporádica y en 1875 cesó su actividad. En esa misma época dejaron de trabajar todas las antiguas ferrerías lucenses debido a la competencia de los altos hornos vascos, que producían hierro mucho más abundante y barato utilizando los modernos métodos industriales.

En 1880, la familia Arias vendió la ferrería, que fue adquiridas por una sociedad formada por herreros de Penacova y Rubián, quienes la reaprovecharon poniendo a funcionar un mazo de laminar hierro. La fragua trabajó hasta mediados del siglo pasado. En esa época era propiedad de Manuel Valcárcel, actual dueño de la ferrería y de la casa de turismo rural a la que pertenece.

Transporte en carros

El bisabuelo de Manuel Valcárcel fue la última persona que transportó mineral para la ferrería. El hierro de A Veneira se llevaba en carros de bueyes hasta la aldea de Canedo, donde era pesado y almacenado. La fragua que regentó su padre dejó de trabajar debido a que la electricidad llegó antes a Rubián que a Penacova. En esta primera localidad se instaló por entonces un martinete movido por un motor eléctrico y la fragua hidráulica de Penacova -que no tuvo luz eléctrica hasta 1958- no pudo hacerle competencia. La familia Valcárcel intentó convertir la ferrería en una pequeña central eléctrica, pero renunció debido a los elevados costes y a que corrían rumores de que Fenosa no tardaría en electrificar toda la zona.

En las demostraciones que se ofrecen hoy en la ferrería se puede ver funcionar el mecanismo hidráulico que acciona el mazo que lamina el hierro y dos grandes fuelles -llamados barquines- que atizan el fuego de la fragua. El mazo y los fuelles son movidos por dos ruedas o rodicios diferentes, accionados por el agua que es conducida por un canal excavado en la roca desde una presa situada en el río Penacova.

Cómo llegar desde Monforte

Hay que salir por la carretera C-546 en dirección a Lugo. En Rubián -kilómetro 13- es preciso desviarse a la izquierda por la carretera que va a Remesar. Al cabo de un kilómetro torcemos a la derecha hacia Vilarbuxán y Penacova. Tras recorrer 1,5 kilómetros hay que desviarse a la izquierda para la ferrería, que se encuentra a unos ochocientos metros. Para las visitas hay que concertar cita llamando al 982 424 253