Una asociación se ofrece a sacarlo de la fosa común en la que se encuentra
19 may 2016 . Actualizado a las 22:36 h.Voluntarios de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica tienen localizado en un cementerio parroquial de A Pobra do Brollón los restos mortales de dos vecinos de Monforte que fueron víctimas de una ejecución extrajudicial en 1938. Uno de ellos había sido concejal izquierdista en la corporación monfortina durante la Segunda República. Los responsables de esta asociación tratan de encontrar a familiares de los dos fallecidos para preguntarles si quieren que sus restos sean desenterrados de la fosa común en la que se encuentran.
Documentación de la época recopilada por este colectivo, que trabaja desde hace años por la localización de las fosas comunes de la dictadura y la reparación moral de las víctimas, permite identificar con relativa exactitud el lugar en el que se encuentran los cuerpos de Ramón Somoza Álvarez, que fue concejal del PSOE en la corporación monfortina, y de José Rodríguez Silvosa, un sastre del barrio de la Estación al que las autoridades franquistas acusaban al parecer de matar a un falangista. Sus cuerpos aparecieron en un paraje del municipio de A Pobra do Brollón conocida como O Seixo y fueron encerrados en una tumba sin identificar en el cementerio más cercano, el de la parroquia de Castroncelos.
Buscaban otros dos cuerpos
A ese cementerio acudieron a principios de mes especialistas voluntarios de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. No buscaban estos dos cadáveres, sino los de los hermanos José María y Ricardo García Moral, que cuando se produjo el golpe militar de 1936 vivían en Montefurado (Quiroga) y que fueron asesinados el 6 de septiembre de aquel año. Sus cuerpos fueron encontrados al pie de la carretera entre Quiroga y A Pobra do Brollón y enterrados también en fosas sin identificar en el cementerio de Castroncelos. En la asociación supieron hace poco que sus descendientes querían recuperar sus cuerpos, así que después de recibir una solicitud formal un grupo de voluntarios se desplazó a esta localidad a principios de este mes y se pusieron a buscarlos, pero se fueron de vacío.
«Igual que en el caso de los dos vecinos de Monforte -dice Marco González, presidente de esta asociación-, tenemos documentación judicial que describe el lugar del enterramiento de estos hermanos de Montefurado, pero nos topamos con que la iglesia que estaba junto al cementerio fue derribada en los años sesenta y en su lugar fue construida una nueva orientada de otra forma completamente distinta». Eso complica la localización, porque las indicaciones de los documentos oficiales de aquel año se basan en la ubicación de la iglesia antigua.
La búsqueda se suspendió sin resultados. Abrieron el terreno y dieron con varios cuerpos, pero ninguno correspondía con la descripción forense y judicial del enterramiento de los hermanos de Montefurado. En la asociación temen que esos dos cuerpos hayan quedado debajo de la nueva iglesia, pero no tiran todavía la toalla. Ahora estudian el lugar con la ayuda de fotografías aéreas de los denominados vuelos americanos de los años cuarenta y cincuenta -el trabajo de cartografía de la Península realizado durante la guerra fría por el ejército estadounidense-. Marco González promete que volverán «si hubiese una mínima posibilidad de encontrarlos».
Las otras fosas abiertas en la mitad sur de Lugo
Bóveda (2012). Exhumación en el cementerio de Teilán del cuerpo de un guerrillero antifranquista asesinado en 1949 en un monte de Bóveda por un guardia civil que se había infiltrado en su partida. Hasta la de este mes en Castroncelos, la de Teilán era la última fosa excavada en esta zona.
Triacastela (2010). Fotografía del grupo del que formaban parte los tres maquis muertos en 1943 en un enfrentamiento con la Guardia Civil en Vilavella, exhumadas en el 2010.
Quiroga (2008). Recuperados los cadáveres de seis agricultores de Valdeorras que se habían ocultado en la aldea de Cereixido para escapar de la represión y acabaron asesinados por falangistas.
Portomarín (2005). La primera fosa exhumada en Galicia fue la que ocultaba en Cortapezas el cuerpo de Severiano Rivas Barja, alcalde de Castro de Rei asesinado por falangistas en octubre de 1936.
La Guardia Civil pide Información sobre uno de los cuerpos hallados este mes en Castroncelos
La Guardia Civil quiere que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) le entregue un informe sobre la excavación practicada a principios de este mes en el cementerio parroquial de Castroncelos. Le interesa en concreto uno de los cadáveres que aparecieron durante la búsqueda infructuosa de los hermanos García Moral. No fue el único con el que se toparon en esa parte del atrio de la iglesia, una zona no consagrada en la que, como en cualquier otro cementerio, eran enterrados vagabundos, niños recién nacidos sin bautizar o, en la guerra civil, los opositores víctimas de asesinatos extrajudiciales. Pero ese cadáver en concreto llamó más la atención que los otros a los especialistas de la asociación. Básicamente, explica Marco González, porque «no estaba enterrado de la manera habitual, con los brazos cruzados sobre el pecho».
El hallazgo dejó preocupados sobre todo a algunos vecinos que colaboraron en el intento de exhumación de los cuerpos de los dos hermanos de Valdeorras. No tanto a los responsables de la prospección, que aseguran no estar en condiciones de aventurar ningún dato sobre las características físicas, la causa de la muerte o la época en la que vivió la persona a la que corresponden esos huesos. Nada más allá de que lleva años enterrada allí. «No vimos ?asegura el presidente de la ARMH? indicios de muerte violenta, si hubiésemos detectado rastro de disparos o algo más traumático habríamos indagado más». Pero lo que hicieron fue volver a tapar el agujero y documentar con fotografías y una descripción ese hallazgo y el de los otros cuerpos que aparecieron en la tierra que habían levantado.
Un repaso a los archivos
Portavoces de la comandancia de la Guardia Civil en Lugo confirmaron ayer que están a la espera de recibir un informe de la asociación y que en cuanto lo tengan decidirán si dan más pasos para tratar de identificar el cuerpo. Antes de eso, y por si acaso, agentes de este cuerpo indagan en los archivos oficiales y entre los vecinos de la zona por si hay alguna desaparición sin resolver que pueda corresponderse con ese cuerpo.
«La Guardia Civil ?dice Marco González? nos ha solicitado las fotos de ese cuerpo y evidentemente se las vamos a enviar, si nuestro trabajo sirve para aclarar algo que estaba sin explicar, nosotros encantados».