Memorias de dos décadas de visitas a las cuevas de O Courel

Francisco Albo
fRANCISCO ALBO QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

El Espeleo Club de Descenso de Cañones, que ya no visita la sierra, divulga en Internet un largo período de exploración

16 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace en torno a un año, los integrantes del Espeleo Club de Descenso de Cañones (ECDC) anunciaron su intención de dejar de realizar exploraciones espeleológicas en las cuevas de la sierra de O Courel, que estuvieron visitando desde finales de la década de los 90, a veces en colaboración con otros colectivos. La razón -según explicaron por entonces- fue la implantación de nuevas normas por parte de la Xunta para acceder a las cavidades situadas en los territorios de Red Natura, que obligan a solicitar permisos de forma presencial y con al menos quince días de antelación. Sin embargo, el colectivo ha continuado divulgando a través de su página web las investigaciones que realizó durante esos años en las cuevas de la sierra por si pueden ser de utilidad para otros espeleólogos. Estos materiales se han incrementado en las últimas semanas con nuevas aportaciones.

En la actualidad, la página de Internet del ECDC ofrece informaciones e imágenes de veintirés cavidades situadas los municipios de Folgoso y de Pedrafita do Cebreiro, estas últimas ubicadas en una zona que desde el punto de vista geológico se considera parte de la sierra de O Courel. Algunas de ellas están ubicadas a corta distancia unas de otras y pueden incluso formar parte del mismo conjunto cárstico. Es el caso de las cuevas denominadas Cido 1, 2 y 3, y de las llamadas Aradelas Inferior 1 y 2, por encima de las cuales se encuentra la de Aradelas Superior.

Pasos obstruidos

La cueva de Aradelas Inferior 2 aún no ha sido inspeccionada por completo. Los integrantes del colectivo señalan que en la roca madre que forma su suelo hay una acumulación de bloques que parecen proceder del exterior y que probablemente obstruyen el paso a otras partes de la cavidad. Si alguien tiene interés en explorar esta hipótetica zona desconocida deberá retirar las rocas que taponan el acceso. Lo mismo deberá hacerse -señalan por otra parte desde el ECDC- para visitar el llamado Pozo de Tralas Torres, en las cercanías de Romeor, que está también obstruido por un bloque de roca. Eso fue precisamente lo que hicieron en el 2011 los miembros de la asociación -en colaboración con el club leonés Casteret- para explorar por primera vez la cueva vertical de Taro da Cruz, en las cercanías del pueblo de Esperante. Para acceder a su interior hubo que retirar un cúmulo de piedras que cerraba el paso. Posteriormente se realizó un plano topográfico de la sima para ponerlo a disposición de otros espeleólogos.

Otra cavidad que la asociación cree que merece una exploración más detallada es la de Can do Xoque, en las proximidades de Noceda, que solo fue examinada de forma parcial. Entre las últimas actividades desarrolladas por el ECDC en la sierra figuran además las visitas a otras cuevas poco conocidas situadas en la misma zona, llamadas Chao da Espiña y Cova de Santos. Todas ellas están en las cercanías de la gruta de Ceza, que por el contrario es una de más visitadas por los espeleólogos gallegos.

Las informaciones recopiladas y divulgadas por el colectivo también tratan sobre otras cuevas de la sierra, unas más conocidas que otras, como son las de Arcoia, Buraca das Choias, Tralacosta, Tara de Mostaz, Sima Teixeira, Val das Mouras, Variña de Veigas, Camiño Real Superior y Camiño Real Inferior.

Hallazgos científicos

Por otro lado, la asociación recoge en su web algunos hallazgos de notable valor científico realizadas por sus integrantes. Entre 1996 y 1997 hallaron restos fósiles de animales en la mencionada cueva de Ceza y en la de Valdeabraira, esta última en el territorio de Pedrafita do Cebreiro. En 1998 encontraron en la cueva de Chan do Lindeiro -también en este municipio- unos huesos humanos que resultaron tener 9.000 años y que aún siguen siendo estudiados por científicos del Instituto Universitario de Xeoloxía de A Coruña. Otro importante descubrimiento, realizado en el 2011 en la cueva de Ceza, fue el de un tubo fabricado con un hueso de animal -al parecer en la Edad de Hierro- y usado para guardar agujas.