Mayo de 1999: Unas cifras de récord en las ventas de los vinos de Ribeira Sacra

Francisco Albo
FRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Una página de La Voz publicada en mayo de 1999 en la que se informa sobre el auge que vivía entonces la denominación Ribeira Sacra en cuanto a venta de vinos
Una página de La Voz publicada en mayo de 1999 en la que se informa sobre el auge que vivía entonces la denominación Ribeira Sacra en cuanto a venta de vinos LA VOZ DE GALICIA

Hace ahora 25 años ya se había vendido el 70% de la producción de 1998 y la demanda crecía muy encima de la oferta de la denominación de origen

05 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En contraste con la actual situación de crisis en el sector vitivinícola local —debida a la acumulación de excedentes—, la denominación de origen Ribeira Sacra se encontraba hace un cuarto de siglo en pleno auge, tanto en lo que respecta a la producción como a las venta de vinos. Una información publicada en la edición local de La Voz el 2 de mayo de 1999 señalaba que a esas alturas del año ya se había vendido el 70% de la producción de la anterior cosecha. Según estas cifras, en ese momento ya se habían vendido unas trescientas mil botellas más que en el anterior ejercicio.«Este dato supone un récord sin precedentes desde la puesta en marcha de la denominación Ribeira Sacra», precisaba la noticia. La denominación de origen se había establecido como tal en 1996. Con anterioridad existió una indicación de origen provisional —dotada de un órgano rector— que se llamó Viños da Terra.

La demanda de los vinos de la denominación «medra moi por enriba da oferta», apuntaba a este respecto el entonces presidente del consejo regulador, José Manuel Rodríguez. La evolución positiva de las ventas que se registraba en 1999 destacaba especialmente al contrastar las cifras con las del año anterior. Según la información de La Voz, en el precedente ejercicio «se había sacado a estas alturas un cuarenta por ciento del total, esto es, que en el mismo espacio de tiempo la demanda creció en un treinta por ciento».

A comienzos de mayo de 1999 solo un 30% de la cosecha anterior estaba pendiente del obligatorio examen previo del comité de cata de la denominación para recibir las contraetiquetas y salir seguidamente a la venta. Ese porcentaje, señalaba José Manuel Rodríguez, ya estaba comprometido con diferentes negocios y distribuidores, de lo que se deducía que los vinos se acabarían ese año incluso antes que en las anteriores ocasiones.

Ese 30% de botellas que aún estaba pendiente de obtener la contraetiqueta —apuntaba asimismo la noticia de La Voz— correspondía fundamentalmente «a los vinos denominados genéricos, en los que el porcentaje de la variedad de uva principal de Ribeira Sacra, la mencía, es menor». A esas alturas —corroboraba el presidente del consejo regulador— aún quedaba por salir «algo de viño monovarietal, pero é xenérico maioritariamente».

Aumento en la producción

El aumento en la demanda de los vinos de la cosecha de 1998 de la denominación Ribeira Sacra coincidía con un notable incremento en la producción. Según las estimaciones del consejo regulador recogidas en la información publicada por este diario, el volumen de la cosecha había pasado de un millón y medio de kilos de uva en la vendimia de 1997 a 1.900.000 en el año siguiente, lo que se traduciría en un incremento de unas 300.000 botellas en la oferta.

La producción en el ámbito de la denominación de origen Ribeira Sacra seguiría creciendo de forma considerable en los siguientes años. En la vendimia del 2005 se recogerían en total 4.698.000 kilos de uva, de los que 4.461.532 eran de mencía y el resto, de las demás variedades autorizadas en la denominación. En la última vendimia realizada hasta ahora, la del 2023, se cosecharon 6.659.286 kilos, de los que 5.211.218 fueron de uva mencía.

Por otro lado, en la primavera de 1999 —según la noticia publicada ese año en este diario— los consumidores parecían estar dando la razón a las recomendaciones del consejo regulador de la denominación Ribeira Sacra y escogían de forma preferente los vinos monovarietales de mencía, aunque su precio era más elevado. «La venta de los genéricos se mantiene en tintos y cae en picado en los vinos blancos que se elaboran a partir de la variedad secundaria jerez», decía la información.

Una demanda que no se satisfacía con dos millones de kilos de uva

El fuerte aumento que experimentaba hace 25 años la demanda de los vinos de Ribeira Sacra suponía que los productores acogidos a esta denominación de origen se encontrasen a veces con ciertas dificultades para abastecer a todos sus clientes. «Dos millones de kilos de uva no satisfacen la demanda», rezaba un titular secundario de la información publicada en La Voz en mayo de 1999. «Hosteleros y distribuidores pugnan desde hace meses por incrementar sus actuales cupos de vino con vistas a la próxima cosecha», decía asimismo la noticia.

A modo de ejemplo, en la información se señalaba que la empresa Adegas Moure —con sede en el municipio de O Saviñao— se había visto obligada unos días antes a pedir prestadas a un distribuidor varias cajas de su albariño Abadía da Cova, ya que se habían acabado todas las que tenía disponibles. «Pero hasta para las bodegas de Ribeira Sacra con una mayor producción, como puede ser el caso de Val de Quiroga, la cosecha de este año se quedará especialmente corta», añadía en otro lugar la noticia.

Agotamiento de existencias

Por otra parte, el hecho de que las existencias de los vinos de Ribeira Sacra se agotasen en tan poco tiempo no tenía por qué ser algo negativo, a juicio del presidente del consejo regulador de la denominación de origen. «Chegamos a onde estamos por un produto de calidade que necesariamente ten que ser escaso», comentaba a este respecto José Manuel Rodríguez. «Vendemos algo auténtico e como tal tense que acabar mentres non chegue a nova colleita», agregaba.