Galerías de madera y viejos corredores donde se ubicaba el retrete de la vivienda

felipe aira

MONFORTE DE LEMOS

Corredores con dispensarios en el conjunto monumental de San Vicente
Corredores con dispensarios en el conjunto monumental de San Vicente F. AIRA

Estas dos muestras de la arquitectura tradicional aún pueden verse en las calles del casco histórico de Monforte

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando paseamos por las calles y plazas de Monforte en demasiadas ocasiones vemos que algunos de los más hermosos ejemplos de antiguas galerías, la singular y típica construcción que aquí alcanzó auténticas obras de maestría, están en situación de abandono o incluso de ruina. Como solución para el cierre de los balcones exteriores en edificios de mampostería, las galerías acristaladas con marcos de madera se fueron extendiendo principalmente a partir de la segunda parte del siglo XIX, en buena parte gracias al impulso que supuso la aparición en el mercado del vidrío fabricado. Los duros y prolongados inviernos, en los que la típica niebla monfortina conllevaba que hubiese menos días de sol y que el frío fuese más intenso que en municipios limítrofes, obligaban a buscar una solución que permitiese aprovechar al máximo las horas del sol.

Hay que tener en cuenta además, al margen de la climatología, que la luz  eléctrica llega por primera vez a Monforte —e indudablemente no a la mayoría de las viviendas— durante los últimos años del siglo XIX. Fue inaugurada concretamente en el año 1896, cuando tres emprendedores vecinos, Baldomero Rodríguez Martín, Florentino Iglesias Armesto y Agustín Valcarce, forman un empresa y obtienen la primera licencia de aprovechamiento de una explotación hidroeléctrica en Vilanova.

Las zonas más pujantes

Las primeras galerías de madera comenzaron a asomar en Monforte durante la primera parte del siglo XIX. Rápidamente se extienden a las nuevas construcciones que se levantaban en las calles y plazas de mayor pujanza comercial y número de vecinos. Así, durante la segunda parte del siglo XIX y comienzos del siglo XX toman cuerpo algunas de las más destacadas construcciones de estas características, que todavía podemos encontrar en mejor o peor estado de conservación en las calles con más raigambre local. Desde la calle del Comercio a la antigua plaza de Santa María —hoy plaza de España— pasando por el barrio de San Antonio, los Abeledos, el Cardenal, Os Chaos, Carude o San Lázaro.

Una de las galerías de madera características de la callle Comercio
Una de las galerías de madera características de la callle Comercio F. AIRA

 También queremos hacer mención en este artículo a otro elemento curioso de la arquitectura tradicional como son los váteres instalados en los balcones y corredores de madera. Tenemos algún antiguo ejemplo de este tipo de dispensario en el complejo fortificado, en la torre de Santo Domingo, que se remonta a siglos atrás. En este caso nos referimos a los que existieron en las construcciones civiles.

Este tipo de habitáculos, cubículos habilitados en los preexistentes balcones con un bajante exterior en la vivienda, aún pueden verse en inmuebles del centro de la población. También en los barrios más añejos, con mayor número de siglos a sus espaldas. Su actual desconocimiento queda en evidencia cuando acompañamos a grupos de jóvenes para enseñarles la tipología constructiva de nuestra localidad, y al exponerles para qué serian aquellos cuartos con pequeñas ventanas erigidos en esas partes visibles de los corredores de madera o balcones.

Letrina sobre una ladronera defensiva en la muralla de San Vicente
Letrina sobre una ladronera defensiva en la muralla de San Vicente F. AIRA

Una letrina volada en la muralla

En la antigua muralla medieval que circunda el conjunto monumental de San Vicente, más exactamente en el tramo más próximo a la torre de Santo Domingo, se conserva una letrina volada —en la imagen superior—, de cuya existencia se hace eco el trabajo sobre la antigua fortaleza monfortina realizado por Jorge Vila Alonso. La construcción se ubica en una ladronera —balcón defensivo— y alberga en su interior un asiento y de un hueco de forma circular, el orificio de evacuación, labrado en la piedra.