Los vecinos, divididos ante la versión de un posible envenenamiento
11 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La detención de un joven ganadero de Outeiro de Rei por parte de la Guardia Civil, como presunto autor de maltrato, abandono y lesiones a animales domésticos ha generado división de opiniones en Outeiro de Rei. Mientras algunos vecinos apoyan la versión del joven, que tiene que personarse en el juzgado cada quince días, de que alguien podría estar envenenando a sus animales, otros creen que es una forma de autodefensa frente a las imputaciones.
La presencia de los Bernabel, una familia muy conocida en el municipio, no pasa desapercibida en Outeiro de Rei, en cuyo núcleo residen. Todos sus miembros -el detenido, su padre y la hermana e hija respectivamente- coinciden en señalar que los animales que aparecieron muertos en la finca que llevan en arriendo en A Palloza fueron envenenados. El dedo acusador va dirigido hacia el antiguo propietario de la parcela, una constructor al que se la embargaron y de la que ahora es dueño otro empresario coruñés.
La familia insiste que su presencia en la finca con las cabras, las ovejas y las vacas es incómoda para el empresario, al que acusan de cortar los candados para liberar a los animales.
Los vecinos, según comentaron algunos que prefirieron permanecer en el anonimato, están cansados de ver las cabras, las ovejas y los caballos del detenido en la carretera e incluso pastando plácidamente en fincas que no son suyas. El dueño de las reses también culpa al constructor de que su ganado ande a la deriva por el municipio. Dice que él abre las cercas para que se escapen los animales e insiste en que tuvo que ir a buscar en numerosas ocasiones a ovejas, cabras y caballos a puntos distantes de la finca.
La versión del envenenamiento dada por el joven detenido tampoco convence a muchos de sus convecinos, que creen que es una disculpa para ocultar la falta de cuidados de los animales. Sin embargo, ni las cabras ni las ovejas que están en la antigua finca del constructor presentan aspecto de encontrarse desnutridas.
La familia del ganadero insiste en que debería de haberse fijado la Guardia Civil en una vaca, propiedad del constructor que les hace la vida imposible, que tiene pastando en una finca, con una pata atada a un cuerno para que no se escape. Creen que eso sí es maltrato.
El joven insiste en que si en su explotación encontraron animales muertos es porque tardan en ir a recogerlos los servicios que tiene contratada la Xunta, pese a que los avisa puntualmente. «Cando anduveron listos foi cando me chamaron para que fora ó cuartel. Daquela xa veu o camión, pero habitualmente teño que esperar días a que apareza».