El PP exige la revisión de la ordenanza que regula la contaminación acústica

lugo / lA voz

LUGO

13 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una de las ordenanzas municipales más polémicas en los últimos años fue la que regula la contaminación acústica. En febrero pasado, a propuesta del PP, el pleno acordó actualizar la citada normativa. Ahora, la concejala popular Isabel Devesa, acusa al gobierno local de no haber dado pasos para ejecutar el citado acuerdo plenario, pese a que -dice- no dejan de producirse quejas por exceso de ruidos.

La concejala Devesa reclama que se reúna la comisión para la revisión de la ordenanza reguladora de la contaminación acústica. Asegura que la comisión creada para el seguimiento de la normativa vigente en dicho campo no se reúne desde hace más de tres años.

En el PP cree que la actualización de la ordenanza es necesaria, entre otras cosas, porque data de 1997 y, en opinión de Devesa, «está claramente desfasada».

La misma edila alude a que el gobierno local apuntó en la sesión en la que se aprobó la propuesta popular que ya trabajaba en una revisión de la ordenanza. Devesa señala: «Lo único que hicieron fue sacarse un borrador de la chistera para intentar silenciar nuestras críticas, pero del que después nada han vuelto a decir». Cree que el equipo que preside el socialista López Orozco tiene «total y absoluta despreocupación» por este asunto.

Para la citada representante del PP, en la actual normativa sobre contaminación acústica no figuran algunas zonas nuevas de la ciudad, ni recoge disposiciones que entraron en vigor después de 1997.

Costes

Entre las consecuencias de carecer de una ordenanza actualizada, Devesa destaca los costes económicos que pueden tener para el Ayuntamiento resoluciones judiciales contrarias a los intereses municipales. Recuerda en este sentido la sentencia del TSXG que anuló la licencia concedida en 2007 para un conocido pub de la ciudad. Indica que no recoge el catálogo de espectáculos públicos y actividades recreativas de la Comunidad Autónoma de Galicia, que define más concretamente la clasificación de los establecimientos en función de las molestias que ocasionan.