La ferrería de Seoane se rompe

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LUGO

La rotura del rodicio, rehabilitado hace 13 años, impide hacerla funcionar

06 ago 2012 . Actualizado a las 15:32 h.

Es el rastro más monumental que queda de la industria gallega del hierro del siglo XIX y fue rehabilitada con fondos públicos en 1999, pero solo es posible visitarla de vez en cuando y además se está empezando a deteriorar. El edificio de la ferrería de Seoane do Courel abrió ayer por la tarde a las visitas, con motivo de la celebración del Filandón, el festival de música tradicional que organiza desde hace quince años el gaiteiro Xosé Lois Foxo. Muchos visitantes esperaban ver su espectacular mazo en funcionamiento, pero no pudieron. Uno de sus dos rodicios lleva varios meses roto, así que ahora ya no es posible poner en marcha las instalaciones.

La ferrería de Seoane fue rehabilitada por la Xunta a finales de los años noventa. La reconstrucción costó 230.000 euros, gastados sobre todo en la reconstrucción de la maquinaria que tenía la fábrica hasta que cesó la producción de hierro en los años veinte del siglo pasado. Las obras terminaron en la primavera de 1999 y la ferrería debía abrir regularmente al público poco después, pero no pudo ser. Lo impidieron las discrepancias que surgieron entre la Xunta y la familia Locay -la propietaria de ese edificio, del molino, el aserradero, la fábrica de la luz y de algunas viviendas anexas que también formaban parte de este conjunto industrial- a cuenta de unas obras complementarias que los dueños reclamaban y la administración no estaba dispuesta a hacer. En el 2005, la Xunta anunció un acuerdo con los propietarios para comprarles el edificio. Pero el final del gobierno Fraga llegó antes de que la operación se consumase. El bipartito no quiso seguir adelante y la actual Xunta tampoco.

Así que los Locay han seguido abriendo su ferrería solo de forma esporádica, generalmente en coincidencia con fiestas o acontencimientos como el Filandón. La edición del 2011 de este festival de música popular fue la última ocasión en la que fue posible verla funcionar. Hace unos meses, intentaron ponerla en marcha para una visita y uno de los rodicios se rompió.

Igual que el mazo, los dos enormes fuelles que alimentaban el horno y el resto de la maquinaria fundamental de la antigua ferrería, el rodicio estropeado fue construido en madera de roble durante el proceso de rehabilitación que concluyó en 1999.