Una lucense dice que el Concello no le ayuda al «non ser emerxencia»
23 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La crisis ha desencadenado una oleada de dramas familiares, cada vez más frecuentes y sangrantes. Es el caso de una lucense -que prefiere mantenerse en el anonimato- que, además de la lucha diaria que mantiene para sobrevivir sin ingresos, en paro y con tres niñas menores a su cargo, afirma que lo hace sin ayudas de las administraciones. Cuenta que en el Concello se la denegaron «porque din que non estou en situación de emerxencia», y en la Xunta solicitó otra ayuda anual para emergencia social: «Aínda non me deron resposta, pero dixéronme que teño dereito a ela», cuenta esta mujer.
Su único apoyo son sus otras dos hijas mayores, su padre y el banco de alimentos, adonde acude todas las semanas. «Tamén fun a Cáritas, e déronme hai uns meses 100 euros», dice.
El drama de esta mujer llegó tras una cadena de contrariedades que hacen pensar en la delgada línea que separa a aquellos con una vida desahogada de quienes, como esta vecina, se ven en un callejón sin salida. Esta mujer, de 42 años, trabajaba de comercial, hasta que se quedó sin empleo. El paro se le agotó y después, el pasado mes de marzo, también se terminó la ayuda de 400 euros. Con tres niñas de dos años y medio, 8 y 15 a su cargo, en enero se vio obligada a abandonar, por impago, el piso de alquiler en el que vivía, después de que, según afirma esta mujer, en el Concello le denegaran ayuda: «Non sei que considera o Concello emerxencia, creo que o meu caso si o é, de feito quedei sen vivenda».
Su padre le paga el alquiler
Ahora encontró otro piso. «Meu pai vaime pagando o aluguer, pero a súa pensión é pequena, e nos servizos sociais do Concello ata me chegaron a dicir que se non pensara en ir vivir co meu pai», continúa. Cuenta que tiene otras dos hijas mayores que también le ayudan. «As nenas fame non pasan. Axúdanme as miñas fillas maiores e meu pai, pero teño 42 anos, non quero estar así», relata. Además, dice que el contrato de alquiler establece que las pueden echar si pasan más de tres meses sin pagar.
Por otro lado, encontrar trabajo no está resultando tarea fácil. Además, está divorciada y afirma que su exmarido le pasa la manutención para las pequeñas en contadas ocasiones. «Pedín un avogado de oficio hai dous meses para levar este asunto pero aínda non recibín resposta, din que estas cousas tardan», añade.
Así que se le presenta un inicio de curso complicado. Son 350 euros de alquiler más luz y agua. A eso hay que sumar, calcula, unos 700 euros de libros para sus tres hijas. «Vou pedir axudas para os libros e creo que me van poder dar uns 250 euros», continúa.
Emigrar no entra dentro de sus posibilidades: «¿Onde vou ir con tres pequenas? Se tivera parella poderiamos organizarnos para buscar traballo e coidar das nenas, pero eu soa non podo», señala.
Y así va resistiendo, sin dejar de llamar a las puertas de las administraciones y con la esperanza de que un trabajo le cambie la vida, esta vez, para bien.
dramas de la crisis los efectos del desempleo
«Solo pedía axuda para un mes de aluguer, e o Concello denegoumo, dinme que vaia a Cáritas»
«Axúdanme as miñas fillas maiores e meu pai, pero teño 42 anos, non quero estar así»
«Non podo emigrar ¿Onde vou ir con tres pequenas? Sen parella, ¿como fago para atendelas e buscar traballo?»