Para corregir el error tendría que pagar un estudio y los trámites
10 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El mapa oficial de las propiedades rústicas y urbanas está lleno de errores. Algunos son antiguos y otros se generan en las nuevas revisiones catastrales y tienen que ser corregidos en el período de alegaciones, pero la mayoría no son detectados o se descubren con mucho retraso al realizar trámites relacionados con las fincas afectadas.
Son mayoría también los que implican a particulares, por figurar modificados límites de parcelas o por una mala identificación. Sin embargo, el abandono de las tierras agrarias facilita el crecimiento de la maleza y la ocultación de antiguos caminos municipales que, literalmente, acaban desapareciendo del mapa.
Un caso de este tipo ocurre en la parroquia lucense de Santiago de Piugos, donde bienes municipales pasan a propiedad privada, de acuerdo con la planimetría en vigor. Separado de la carretera de Portomarín alrededor de cien metros, por el margen derecho, hay un lavadero público antiguo, de 1947, que desde hace años ya no es utilizado por ningún vecino. Tiene un camino de tierra por el que se accede desde la carretera.
Un lateral de ese camino y la propia fuente bordean una finca de casi 2.200 metros cuadrados, perteneciente a una familia que reside en las cercanías. En el título que tiene la propietaria de la parcela se menciona el camino y el lavadero público como límites de la finca por uno de los lados.
Comprobación del error
Sin embargo, hace algunos años, cuando tuvo que recabar información catastral por otros motivos, comprobó como en la revisión realizada en el año 2000 desaparece el camino y tanto este vial como el lavadero públicos quedan incluidos en su parcela. También se puede comprobar el error a través del Sixpac, en el que figura trazado un corredor que, más o menos, coincide con la zona demarcada para el regato que transcurre por allí.
La propietaria de la parcela a la que, al menos sobre el papel, le fueron incorporados el camino y el lavadero públicos acudió al Catastro para que corrigiesen el error. La respuesta la dejó sorprendida: tendría que hacerlo ella, para lo que debería encargar a un perito las correspondientes mediciones, la elaboración de un informe en el que constase la situación actual y la corrección necesaria, y presentar la solicitud. Total, que le costaría varios centenares de euros realizar la corrección de una situación que, en todo caso, no la perjudica a ella y debería ser el Concello quien se encargase de todo.
Restauración
El lavadero es una construcción rectangular, con una fuente que abastece a un pilón grande, cubierto por un tejado montado sobre columnas. Durante muchos años fue utilizado por las familias de la parroquia, pero con la generalización de las lavadoras quedó totalmente fuera de uso y abandonado.
Se da la circunstancia de que hace cuatro o cinco años, cuando ya estaba identificado irregularmente, el Concello lo restauró, lo dotó de una cubierta nueva y le puso la placa con el año en una columna. El camino de acceso, en cambio, está lleno de maleza desde hace mucho tiempo. La vecina, que se considera perjudicada por otras actuaciones del organismo municipal, dice que sea el concello quien se moje si quiere corregir el error y recuperar su patrimonio.