Numerosos vecinos de varias parroquias de Chantada y Taboada participaron ayer en un magosto popular celebrado en la localidad de San Xulián de Campo, en este último municipio, para expresar su rechazo por el traslado a la capital de la provincia del párroco Alfonso Fraga, que hasta ahora atendía siete feligresías de esta zona. En la reunión se exhibieron algunas pancartas con los lemas «Alfonso si, outro non» e «Alfonso, querémoste». En la mesa donde se sirvió la comida se reservó una silla vacía para el sacerdote -que no estuvo presente en el festejo-, que fue señalada con un letrero que rezaba «Don Alfonso».
Tras el magosto se celebró una reunión en la que los vecinos de San Xulián de Campo decidieron que en principio no asistirán a las misas que se oficien en la iglesia del pueblo en señal se protesta por el traslado del párroco a la parroquia lucense del Sagrado Corazón. Los representantes de la asociación vecinal de la localidad señalaron además que esperan mantener en breve una entrevista con el obispo Alfonso Carrasco -que ya solicitaron formalmente el pasado viernes- a fin de expresarle su malestar por esta decisión y de pedirle que anule la orden de traslado del párroco. El alcalde de Taboada, Ramiro Moure, que también estuvo presente en el magosto, se mostró dispuesto a acompañar a los vecinos en la reunión que mantengan con el obispo. Los vecinos de la parroquia chantadina de Requeixo, que ya hicieron antes esta petición, tienen previsto hablar con el prelado mañana.
Hasta ahora, Alfonso Fraga atendía las dos parroquias mencionadas y también las de Castelo, Cicillón, Sobrecedo, Piñeira y Vilela. Las asociaciones vecinales de San Xulián de Campo y Piñeira, que ya se dirigieron por escrito al obispado para transmitirle su disconformidad, destacan la importancia de labor social realizada por el sacerdote en los cuatro años que lleva ocupándose de estas parroquias, especialmente en la atención a las personas mayores.