
La acusación pide siete años de cárcel para un hombre que atacó con una azada a un vecino en una disputa y lo dejó ciego de un ojo
11 jul 2013 . Actualizado a las 06:55 h.Un supuesto cambio de marcos en una leira y unas piedras que al parecer alguien tiró sobre una huerta pudieron haber sido el detonante de una riña vecinal ocurrida en San Pedro do Ermo, en Triacastela, hace ahora casi dos años. L. P. L., de 65 años, afronta una petición de siete de cárcel porque supuestamente le dio con una azada a M. L. T., de 43, al cual dejó ciego de un ojo. El padre de este, M. L. A., de 65, también se vio involucrado en los hechos. Para ambos, la acusación pública reclamó una pena de tres años de cárcel. El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Lugo.
Según la versión de L. P., el día del incidente iba en el tractor con su mujer y fue insultado por el padre y el hijo. De las palabras pasaron a los hechos y, según contó, M. L. T., lo agredió con las dos manos. Como consecuencia de la acometida cayó al suelo entre unas zarzas y fue atacado con un palo gordo hasta que quedó inconsciente. A continuación, dijo, agredieron e insultaron a su mujer. En defensa propia, aclaró, usó el mango de una azada para atacar a M. L., si bien explicó que no supo en qué parte le daba.
«Me tiraron los marcos»
Cuanto más insistía el presidente Edgar Fernández Closs en hablar en gallego para que al acusado le resultase más fácil expresarte, este más hablaba en castellano. «Me tiraron los marcos, pusieron piedras en el medio de las «berzas». Yo me enfadé. Si me hubiesen dicho que tuvieran un error, se acabaría. Me tenían una hincha por unas cosas que no vale la pena decir. Me dieron tanto que sangré hasta por los zapatos», indicó este acusado.
Padre e hijo dieron la misma versión. «Chegou preguntando quen viñera onte coas vacas, e, sin máis, agrediume», dijo el hombre que perdió la visión del ojo derecho como consecuencia de la acometida. «Pareceume como se estivese vivindo un soño. Se non retiro a cabeza, dame de cheo e mátame», recordó.
Cuando cayó al suelo después de la acometida gritó a su vecino: «¡Sacáchesme o ollo!». Este le respondió: «Saqueiche un e vouche sacar o outro». Esta es la versión ofrecida por M. L. T.
Este acusado negó que, ni él ni su padre, hubiesen agredido a su vecino previamente. M. L. T., sin embargo reconoció que había conseguido levantarse del suelo y, a continuación, lo agredió. «Déille coa aguillada. ¡Ou deixarme matar!», recordó.
Este acusado y su padre recordaron en el transcurso de la declaración efectuada en la mañana de ayer que si tuvieran intención de atacar a su vecinos llevarían algún objeto contundente. Es más, uno de ellos llevaba una navaja y explicó que ni tan siquiera la llegó a sacar, salvo en el momento que se la entregó a la Guardia Civil.
La esposa de L. P. L., explicó que los otros le habían pegado y recordó que su marido sangraba mucho. El fiscal, además de los siete años de cárcel, que reclama para L. P. L., plantea que este abone a su vecino 18.000 euros por haberlo dejado ciego del ojo. La acusación particular eleva a 9 años la condena para este hombre cuyo abogado, pide para el padre y el hijo un total de diez años de prisión
Crónica juicio por un enfrentamiento vecinal en Triacastela