Bartolomé Marqués (subidrector de Experimentación del Inta): «La apuesta de Cassidian es que el Atlante se desarrolle aquí»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LUGO

PRADERO

Rozas participa en la carrera europea por el primer UAV con certificación

26 jul 2013 . Actualizado a las 06:58 h.

El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial) pretende que Rozas se convierta en un Centro de Investigación Aerotransportada, referente en UAV (vehículos aéreos no tripulados) y está dando pasos para ello. La crisis económica hace que no vaya más lento de lo que, según el subdirector general de experimentación y certificación, sería lo deseable. El INTA en el último año, además de las pruebas de dos de sus modelos no tripulados, SIVA y ALO, también efectuaron las pruebas de vuelo del Atlante, de Cassidian, situado en los primeros puestos de la carrera europea para la certificación del primer UAV.

-¿Qué está haciendo el INTA en Rozas?

- Todo el trabajo que se ha desarrollado aquí es para empresas. Este año pasaron por Rozas tres. Entre ellas Cassidian que está probando su Atlante. El INTA dispone de sus propios desarrollos. Tenemos el SIVA y el ALO, que ha estado volando la semana pasada. Son vehículos que están en una fase muy avanzada. Lo que nos queda es la parte de comercialización. Tendremos que convocar un concurso para las empresas que quisieran fabricarlo y venderemos la licencia, lo que le permitirá al Estado recuperará parte de la inversión realizada. Nosotros somos el motor de la industria. Somos los que iniciamos los desarrollos de estas nuevas tecnologías.

-¿Qué tipo de investigaciones realizan?

-Se están haciendo ensayos de UAV. La empresa que viene introduce los equipamientos que tiene y ensaya las condiciones de vuelo. Empiezan con vuelos cortos y cada vez se va sofisticando más la capacidad de control, de seguimiento, la localización, controlar la carga útil. Esto, que todavía no se ha hecho aquí. Son las cámaras de vídeo y de infrarrojos que, son capaces de ver, por ejemplo, como se ha regenerado la balsa de Aznalcóllar. Ahora se hace con aviones tripulados que son muy costosos. Un UVA es infinitamente más barato. Puede estar volando 12 horas y cada cuatro se releva el operador en tierra. En Valencia nos pidieron que desarrollaramos un sistema de protección contra el robo de naranjas. Es un estudio que hay de control de las matrículas de los vehículos que se mueven en los campos a través de pequeños aviones no tripulados. Cuando detectan una que no es la habitual dan aviso a la Guardia Civil.

-¿Qué aplicaciones investigan para los «droner»?

-Nosotros nunca usamos la palabra droner. Para nosotros un droner es el acrónimo para vehículos de guerra y los UAV no son eso. Incluso se ha cambiado la denominación en Europa. Ahora son RPA, vehículos no tripulados de aplicación en el mundo civil.

-¿Cuáles son las perspectivas para Rozas?

- SIVA y ALO los probamos en otros sitios. No era una instalación nuestra porque no habíamos localizado una como esta que reúne todas las condiciones. Hace falta dinero para seguir adelante. Yo soy optimista. Ya tenemos una instalación medio profesional y estamos empezando a hacer las obras en la torre de control. Esto da idea de la importancia que nosotros le estamos dando a Rozas. Se acaba de nombrar a un técnico que estará permanentemente aquí y será la referencia para las empresas.

-¿Tienen el apoyo de la Xunta?

-La Xunta también ha creído en el proyecto y el conselleiro de Industria declaró que la aeronáutica sería uno de los pilares. Ellos van a hacer una apuesta clara por este desarrollo. Estamos en un momento importante con una tecnología nueva. En Europa no hay ningún centro y todos sabemos que el primero que consiga tener uno operativo cien por cien va a tener una ventaja competitiva importante. También la administración del Estado, el Mineco, lo ve como una parte importante de apuesta. A ver si aunamos esfuerzos de todos porque esto es poner tecnología a disposición de la industria europea. Los que están aquí, Cassidian es una de las compañías de EADS, que tiene Airbus, Airbus Military, Astrium,.. y cubren todo el espacio aeronáutico europeo. Creemos que la gran apuesta de Cassidian es que se desarrolle aquí. Los alemanes no pudieron poner un avión en vuelo después de gastarse 400 millones.

-¿Que tienen previsto para el centro de Lugo?

-Seguirá el desarrollo del Atlante. Viene cada tres o cuatro meses. Un programa de ensayo de tres semanas genera datos para que estén trabajando más de cien ingenieros tres meses. Tenemos otras investigaciones en marcha, pero que están sujetas a un acuerdo de confidencialidad y no puedo decir mucho más.

-¿Qué necesitan en Rozas?

-Hemos crecido mucho con lo poco que teníamos. Estamos arreglando la torre de control y estamos rehabilitando la mitad para montar los laboratorios allí. Trabajamos en unas condiciones que ahora mismo no son las ideales porque tenemos que desplazar equipamientos. Cada equipo de ensayo lo forman 15 personas. Cuando se trata del Atlante muchas más. El pico de personal lo alcanzamos con 72 personas. Cuando esto esté terminado será un centro de desarrollo que concentrará investigación y pruebas. Ahora el coste es añadido, desarrollas en un sitio y pruebas en el otro.

-¿Cuándo podría estar finalizado el centro de Rozas?

-Yo no me atrevo a hablar de plazos. Depende de la financiación y estamos en tiempos de recorte. Hemos avanzado bastante, sobre todo en transmitir a una comunidad donde la tradición aeronáutica no es mucha, la importancia de esto. La Xunta ya lo ha considerado como un factor de apoyo a la industria aeroespacial. En Andalucía ya representa más del 15% del Producto Interior Bruto.

-¿Además de los laboratorios de la torre de control, qué más necesitan?

-Lo más urgente sería cerrar el perímetro, por una razón, hay caza mayor y que se cruce un jabalí o un corzo cuando se produce un despegue puede ser un desastre. Cerrar nos costaría entre 800.000 y 900.000 euros. La utilidad de Rozas es que la pista es grande, de 1.200 metros, que permite que pueda aterrizar un avión normal. Tiene 45 metros de ancho. Rozas parte con ventaja competitiva por sus instalaciones. El único inconveniente, el tiempo. Hemos tenido que retrasar algún vuelo un par de días, pero lo asumimos porque el resto de las condiciones son muy buenas. También necesitamos montar un radar de seguimiento para poder alcanzar distancias mucho más grandes.

bartolomé marqués balaguer subdirector de experimentación del inta