Lugo-Ourense, un barullo de señales

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO

ROI FERNANDEZ

Hay más de 700 y los conductores no saben a qué velocidad hay que conducir

05 ago 2013 . Actualizado a las 07:01 h.

La nueva jefa de la DGT en Galicia, Victoria Gómez Dobarro, lo dejó claro el pasado mes en una entrevista para La Voz de Galicia: «El Galicia, en las carreteras convencionales tenemos señales de 50, 60, 70... El conductor pierde la noción de a qué velocidad tiene que ir en cada momento... Ves una señal de 80 y más adelante otra de 70 en una zona igual. Hay que repasarlas».

La sensación de no saber en qué tramo se encuentra uno al conducir la viven a diario los usuarios de la carretera Lugo-Ourense, la N-540. Un barullo de señales, hasta más de 700 en los 92 kilómetros de trazado, despista en todo momento a los conductores. El gran número de cruces, de accesos, de localidades (grandes y pequeñas), de curvas, de dobles carriles y otro tipo de incidencias acaban por convertir el trayecto en un suplicio de advertencias.

Las principales incidencias las encuentran los conductores al pasar Guntín, en la curvas cerca de Lousadela, un trazado sinuoso en el que hay que circular a 70 por hora pero que nunca hay una señal que avise del fin de la limitación de velocidad.

Esta es una de las paradojas de esta vía, repleta de señales, pero en cambio en numerosos tramos el conductor no sabe a qué velocidad tiene que circular porque no se señaliza el fin del límite.

En Nespereira, en el cruce de la carretera de Monterroso, hay que circular a 80, pero los que se incorporan de la carretera N-640 no conocen esa limitación. Otros ejemplos de límites que no se avisan su finalización se encuentran en los kilómetros 30 o 36.

También hay tramos con carril de adelantamiento con la velocidad limitada a 70 y 80 por hora (por ejemplo a la salida de Chantada hacia Ourense), lo que impide a veces poder adelantar, pero justo cuando terminan ya se puede conducir a cien por hora.

Quizás el tramo en el que conductor se pueda encontrar más perdido dentro del barullo de señales es en el entorno de A Estivada (Carballedo), donde no se sabe la velocidad a la que se puede guiar el vehículo. O a la altura de Gustei, donde se alternan señales de 80 y de 100 de manera constante.

Ya en el colmo de la falta de advertencias de velocidad está en la enorme recta de Pitón, ya en Ourense, donde hay que circular a sesenta por hora pero nunca se llega a anunciar el fin de la citada prohibición. Y así, durante varios kilómetros.