Carlos López Gil: «Tenemos la sensación de que nos intentaron robar la colección»
LUGO

«Aceptamos la oferta pero si no hay tensiones. Ellos sabrán»
26 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Parecía que nunca pasaría, pero al final las vitrinas de la cámara de orfebrería del museo lucense están vacías. Después de un día en el que su teléfono contabilizó solo durante la mañana unas doscientas llamadas, ayer fue posible hablar con el portavoz de la familia Álvaro Gil, que participó en la tarea de recogida de los torques y los cuadros de Corredoyra. Carlos López asegura que aún quedan posibilidades de que las piezas vuelvan a Lugo, a Galicia, pero advierte que eso sucederá «siempre y cuando se mantengan las formas».
«Esta mañana (por ayer) he entendido un poco todo (se refería a las acusaciones de Mario Outeiro, diputado de Cultura, de haber incumplido su palabra) porque recibí una carta de la Diputación emplazándonos para la semana que viene y que avisásemos cinco días antes. El burofax llegó en la tarde del jueves cuando no estaba en Madrid. Todo eso hay que enviarlo en su momento, no días después. No valen ya excusas», dijo.
-¿Hay alguna posibilidad de que vuelva la colección?
-Ayer cuando el señor Mario Outeiro vino a ver la operación (parecía que venía Darth Vader y la guardia pretoriana) yo me despedí de él diciéndole: Cuando quieras, hablamos. Ahora, me arrepiento de habérselo dicho. No sabía que antes había dicho que había un mal clima. No sé a cuál se refiere. Eso del mal clima me parece una chiquillada, una infantilidad, si es porque nos hemos llevado el material una semana antes de lo que él pretendía. Cumplimos hasta su cita y de manera puntual. Y eso de que van a retirar la oferta que tiene sobre la mesa, ya la tenían que haber retirado porque ya le hemos dicho que no la aceptábamos.
-Pero, ¿Aceptan la oferta económica de 2.350.000 euros?
-Se mantiene siempre y cuando se mantengan las formas. Si entramos en una escalada tensionaria de acusarnos los unos a los otros, no se va a mantener nada. Ellos sabrán. Me están diciendo (no puedo aseverarlo) de que el señor José Ramón Gómez Besteiro niega que hubiésemos mantenido una reunión previa a todo este problema. Si estamos así, esto es ya engaño tras engaño y mentira tras mentira. Tendremos que esperar a otras personas que vengan en el futuro y que no arrastren tanta rémora de problemas y sean capaces de negociar.
-Imagino que la mañana del jueves fue dura...
-Para nosotros y para muchas personas. El recibimiento que tuvimos en el museo por parte de todos fue exquisito, amable, de colaboración total. Las caras de algunas personas reflejaban tristeza, cabizbajas. Si hay alguien por quien lo sentimos es por personas así cuyas inquietudes culturales están fuera de duda y que les dolió que pasara eso. A mí también se me pone la carne de gallina porque las piezas llevaban allí 40 años. Lo que nos hizo cambiar de opinión fue la conclusión de que creemos moralmente que, después de tanto tiempo, nos han intentado robar la colección.
-Esa opinión es muy dura...
-Sí. A lo mejor habría que disfrazarla con otro nombre, pero desde que vemos que no han hecho nada para que la colección saliera de allí... Es la única explicación pensar eso. He de recordar que la colección la ofrecimos gratis en su momento, pero por desprecio no la aceptaron. Al final nos sentimos despreciados. Se la ofrecimos al señor Cacharro a cambio de nada; luego, al señor Besteiro y prefirieron el pleito. Si alguien les dijo que ganaban y que la colección pasaría a la Diputación pues... Cuando alguien dice eso, tiene que estar muy seguro. En caso contrario, yo le pediría explicaciones. Si no lo han hecho, lo sentimos.
-Algunos sectores les piden que reconsideren su postura. ¿Qué dice?
-Con el trato que hemos recibido, el que todavía estemos dispuestos a que los bienes vuelvan Lugo, es un esfuerzo muy grande. Lo hacemos porque tragamos nuestro orgullo y tratamos de cumplir con la voluntad de nuestro abuelo, a pesar del trato. Porque si fuera otra cosa que no tiene tanta carga emocional les diríamos: Váyanse a hacer puñetas que con ustedes no queremos nada. Sin embargo estamos dispuestos a escucharles y a que reconsideren la situación. Somos los primeros en sentirlo. Espero que la colección pueda volver a Galicia.