
En tres meses, y a pesar de la lluvia, consiguen abundante información
20 feb 2014 . Actualizado a las 06:52 h.La rehabilitación del castillo de Pambre, en Palas de Rei, está siendo una caja abierta de sorpresas para el equipo multidisciplinar que desarrolla las obras, bajo la dirección del arquitecto Mario Crecente. Todo un reto para los historiadores, arqueólogos, restauradores, arquitectos e ingenieros que participan en la reforma, que en esta primera fase tiene un coste de 1,9 millones de euros, que financia la Secretaría Xeral para o Turismo de la Xunta.
Si hace unos días contábamos los importantes restos arqueológicos que se han encontrado en las primeras excavaciones, sobre todo en la capilla y en su entorno (con al menos una docena de tumba antropomorfas y materiales castrexos), ahora los investigadores también destacan que las reformas están sirviendo para definir las estructuras que forman todo el conjunto y conocer, por ejemplo, el trazado original del segundo recinto, el anterior al meollo de la fortaleza-torre original. De esta manera se pueden definir los usos que tenían cada uno de los edificios que integran todo el complejo monumental.
El arquitecto Mario Crecente señala para un informe del Consello da Cultura Galega elaborado por el profesor de la USC Manuel Gago que se tiene hablado mucho del edificio, «pero nunca tivera unha intervención científica ata o momento». Precisamente todos los hallazgos y la documentación servirá no solo para definir la historia de esta fortaleza -la mejor obra civil conservada de la Edad Media en Galicia- sino que aportará datos importantes sobre nuestra historia y, en particular, de épocas poco conocidas, como la sueva, ya que se han encontrado «estruturas murarias de porte de época tardoantiga e sueva», uno de los períodos arqueológicos de Galicia menos conocidos por la falta de hallazgos conservados.
Otro ejemplo que señala Crecente sobre los retos que tienen que afrontar desde un punto de vista científico es el referido a la gestión del agua dentro del edificio. «É unha cuestión moi relevante para un castelo medieval, ¿porque onde está a auga?». Indica que «apareceron unhas canles, pero no interior do castelo aínda non aparece ningún espazo definido para almacenala auga».
Cuando esté terminada esta fase de reforma, que no incluye la rehabilitación del interior de la fortaleza como museo, se pretende que el visitante tenga una compresión global del monumento y de su historia
«Os gratificantes resultados foito destas intervencións manteñen o entusiamo do equipo para continuar coa súa labor a pesar de que as condicións meteorolóxicas dificulten considerablemente o desenvolvemento das mesmas», explica Mario Crecente.
Las obras arrancaron en noviembre con las labores previas de limpieza y desbroce, así como la poda selectiva de los árboles, que se van a conservar, ya que se pretende mantener la imagen que más se conoce del monumento, dentro de un entorno paisajístico envidiable.