Un proyecto que fractura Sarria

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos SARRIA / LA VOZ

LUGO

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Detractores y defensores de esta iniciativa debaten en la calle y en las redes sociales

26 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las redes sociales y sus predecesoras, las tertulias de los bares, están que echan humo en Sarria por el agrio debate que mantienen los detractores, únicos que hasta el momento se han manifestado públicamente, y sus defensores, que por el momento se encuadran dentro de lo que se suele denominar una posible mayoría silenciosa.

Los opositores al proyecto crearon la Plataforma Sarriana polo Río, presentada oficialmente en un acto en el que convocaron a los medios de comunicación y en el que anunciaron claramente los objetivos que perseguían, esencialmente parar las obras y sentarse a negociar con la administración para decidir las actuaciones que a su juicio son necesarias para evitar inundaciones.

Las personas que están a favor de que se desarrolle el proyecto hasta el momento no se han organizado en ningún grupo, pero hay numerosos comentarios que, al mismo tiempo que defienden que se continúe con la obra, también descalifican a sus detractores. En los primeros momentos definían a los activistas como «salvaballenas» calificativo que ha ido derivando hasta rebautizarlos como «platagaitas».

La prueba más evidente de la fractura que existe actualmente en la sociedad sarriana puede verse entre los asiduos paseantes del Malecón que se dividen entre los que se acercan a la barandilla para animar y jalear a las personas que están encadenadas y los que comentan que la protesta no tiene ningún sentido y que solo está impulsada por gente que tiene muy poco que hacer y que por eso pueden perder el tiempo.

La guerra de cifras también ha entrado en escena desde que se celebró la concentración del pasado domingo. En este caso los miembros de la plataforma se han limitado a dar las gracias a los participantes y a definir la asistencia como «multitudinaria» sin entrar en demasiados detalles, mientras que para sus oponentes la cifra más elevada fue de trescientas personas entre los que incluyen a muchas que aprovecharon que estaban paseando por el Malecón en una mañana soleada para unirse al grupo.

La polémica está por tanto servida en Sarria en un caso en el que también está teniendo mucho que ver la política, aunque desde la plataforma siempre lo rechazaron.