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10 abr 2014 . Actualizado a las 23:21 h.El músico y compositor Juan Montes Capón (Lugo, 1840-1899) es considerado junto con su contemporáneo Pascual Veiga como uno de los mayores genios musicales dentro de la música nacionalista gallega. Nació en Lugo el 13 de abril de 1840 en la Rúa Nova, aunque su familia provenía de San Fiz de Paz, en Outeiro de Rei. A los 10 años ingresó en el Seminario Diocesano de Lugo y comenzó sus estudios eclesiásticos compaginándolos con humanidades y latín, filosofía y teología. Pero desde temprana edad sus dotes musicales salen a flote y comienza los estudios de solfeo y guitarra, la cual siempre le acompañaba. Pronto comenzaría a componer sus primeros himnos, plegarias y villancicos, siendo la obra musical Siete palabras de Cristo en la cruz la pieza cumbre de esta etapa, compuesta a tres voces con orquesta, a la que le hará un preludio instrumental posteriormente en 1889. Montes demuestra con esta obra una gran madurez compositiva. En 1863 finaliza sus estudios eclesiásticos pero decide renunciar a la vida espiritual para centrarse en la música.
Su legado musical
Juan Montes nos ha dejado un importante legado musical en el que se encuentran las seis Baladas Galegas, la emotiva Negra Sombra; Doce sono, basada en textos de Rosalía de Castro, As lixeiras anduriñas, con letra de Salvador Golpe Varela; Lonxe da terriña, O pensar do labrego, con letra de Aureliano J. Pereira e Unha noite na eira do trigo sobre el poema de Curros Enríquez para canto y piano.
También fue reconocido por su creación musical religiosa, con obras como Oficio de Defuntos, Misa de réquiem, Te Deum, el Ofertorio-marcha sobre el himno Ave Maris Stella, además de la Misa de Réquiem y Misa al Apóstol Santiago.
También fue importante la creación de la obra musical A Alborada Galega para piano creada en 1888, que posteriormente versionó para banda y fue dedicada al compositor Anselmo González del Valle. Con esta obra ganó el primer premio en un concurso de Vigo. Posteriormente y también en Vigo, en 1891 recibe dos primeros premios por Aires Populares de Galicia y Nocturnos. En Pontevedra se alza con el premio por Romanzas Gallegas y un primer premio en La Habana en 1892 con la balada Negra Sombra.
Además de ser el primer director de la banda municipal de Lugo en 1876, fue el fundador y director del Orfeón Lucense cuyo nombre es cambiado posteriormente por el Orfeón Gallego en 1887. Entre las obras que creó para el orfeón destaca la muiñeira Un bico en 1890, que fue transcrita para piano por el gran compositor y pianista asturiano Anselmo González del Valle, con el cual le unía una gran amistad personal y profesional.
Juan Montes, conocedor desde joven de la importancia que le daban los gallegos a los cantos populares, hizo de ellos su prioridad y por ello fue uno de los músicos más queridos.
Cantos populares gallegos
Recogió alguno de estos cantos probablemente por los alrededores de Lugo y los conservó en un manuscrito de unas ochenta páginas. De ellos estudió las particularidades de sus melodías y de sus modalidades tonales. Algunos de estos cantos aparecen posteriormente en el Cancionero Musical de Galicia, de Casto San Pedro, donde supo conjugar de forma maravillosa la música y la poesía.
Montes buscaba entre los mejores poetas como Rosalía o Curros la letra que mejor expresaba los sentimientos del pueblo para hacer de ella una impresionante composición.
En sus últimos doce años como compositor, Juan Montes se inclinó a crear obras nacionalistas para acudir a concursos, dotadas todas ellas de una gran calidad. Tanto es así que las composiciones pasaron a adquirir un significado excepcional dentro de la música gallega y supusieron ya para siempre un reconocimiento importante del artista lucense tanto dentro como fuera de Galicia.
Crónica la intensa vida del famoso compositor lucense