Tres piquetes acusados de coacción en una huelga «libran» con 3 meses

xosé Carreira LUGO/ LA VOZ

LUGO

Uno de ellos pinchó las 5 ruedas a un camión con una pistola neumática

03 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los tres integrantes de un piquete que actuó en Gomeán (O Corgo) durante la huelga de camioneros de la primavera de 2008, acusados de los delitos de coacciones laborales y daños, «libraron» penalmente con tres meses de prisión y multas de 270 euros. A mayores, uno de los acusados fue condenado a abonar otros 270 euros, por daños y aceptó satisfacer, en concepto de responsabilidad civil, 1.685 por los daños registrados en un camión. Los condenados son J. C. F., A. M. V. y J. R. C. Las defensas pidieron la suspensión de la pena y el fiscal no se opuso, siempre y cuando uno de los imputados pagase la responsabilidad civil.

Según el fiscal, los acusados formaban parte de un piquete que el 11 de junio de 2008, tras recorrer diversos lugares, se presentaron en un establecimiento de neumáticos en O Corgo, lugar al que varios conductores de una empresa madrileña habían llevado cuatro camiones con el objeto de reparar los daños causados en los mismos cuando estaban aparcados en el área de servicio de Gomeán.

Sobre las dos y media de la tarde, cuando ya habían sido reparados dos de los camiones, los conductores estacionaron otros dos en la explanada del taller. En ese momento se presentó J. C. F. que, según el fiscal, con la finalidad «de compeler, por la vía de hecho, a los trabajadores a secundar la huelga», se dirigió a ellos increpándoles por haber salido a trabajar, a pesar de que había huelga de transporte. Los afectados respondieron que eran empleados y el acusado les advirtió de que llegarían al lugar más personas, lo que así ocurrió poco después cuando llegaron otros diez personas entre las que se encontraba A. M. V.

Los concentrados reprochaban a los camioneros de la empresa madrileña que no secundaran la huelga. Les mandaron ir a la estación de servicio de Gomeán y les advirtieron que luego pasarían por allí para controlarlos.

Dice el fiscal que uno de los acusados, J. C. F., aprovechó para dirigirse a la parte trasera de un camión y, con una especie de pistola neumática, efectuó unos disparos con los que pinchó cinco ruedas del vehículo y dañó cuatro bombonas de suspensión. La acusación pública dice que los miembros del piquete dijeron a los trabajadores que lo que les había pasado era poco.

Durante la tarde, cuando los camioneros estaban en el taller, volvió un grupo de piquetes, formado por unas veinte personas que dijeron a los afectados que no les iban a arreglar las ruedas, si bien, a posteriori, lo hicieron para que los vehículos pudieran volver a la estación de servicio.

Dice también el fiscal que J. L. R. llamó al encargado de la empresa de neumáticos y, tras identificarse como portavoz de una plataforma de transportistas de la que tenía muchos clientes, le dijo que si reparaba los camiones de la empresa madrileña, podía perder mucha clientela.

Antes llegó a la explanada un grupo de personas que dijeron a los conductores que estaban haciendo competencia desleal. Además, el encargado del taller advirtió a los afectados que no arreglaría los pinchazos para no perder a sus clientes de la provincia que secundaron la huelga.