El PP y Manuel Martínez eliminan media dedicación al BNG y varios de sus asesores en la Diputación

Laura López LUGO / LA VOZ

LUGO

El alcalde de Becerreá (PSdeG) vuelve a romper la disciplina de partido y vota en contra de las propuestas de los nacionalistas, que se quedan sin 185.000 euros 

05 nov 2015 . Actualizado a las 00:16 h.

Nueva polémica en la Diputación de Lugo. Los votos del PP y del diputado socialista díscolo Manuel Martínez han dejado al BNG con media dedicación menos y sin varios de sus asesores en la institución.

En el pleno de organización que se celebró esta mañana en la Diputación lucense, los populares presentaron varias enmiendas a las propuestas que hizo el gobierno de coalición formado por PSdeG y Bloque sobre las retribuciones de los diputados. Salieron adelante gracias al voto de Martínez.

El controvertido regidor de Becerreá, quien en junio llegó a dar el bastón de mando en la Diputación al PP, facilitó que su partido recuperara el control de la institución el 8 de octubre, pero tras ser excluido de la junta de gobierno por las exigencias de los nacionalistas, anunció que votaría en contra de todas las propuestas de esta formación. Y ha cumplido su palabra. 

Tras el revés del pleno de hoy, desde el BNG anuncian que seguirán trabajando, con o sin medios. El presupuesto para los puestos de asesores rechazados ascendía a 185.000 euros

ALBERTO LÓPEZ

El BNG impidió a Martínez, por estar imputado, aspirar a la presidencia o a la vicepresidencia de la Diputación de Lugo y finalmente forzó que quedase fuera de la junta de gobierno. El regidor de Becerreá llamó «secta» a los integrantes de la formación nacionalista y decidió seguir la estrategia de boicotear sus propuestas. Y su voto es decisivo. 

El pleno de esta mañana comenzaba con las miradas puestas en Manuel Martínez -que anunciaba antes de la sesión que «yo no boicoteo nada, pero en función de cómo transcurra el pleno decidiré mi voto»-, y en el PP, pues Elena Candia, la portavoz popular, advertía ayer que ningún asunto había sido consencuado con la oposición. Y así fue como al llegar al punto sobre las retribuciones de los diputados empezó la polémica.

El portavoz socialista Álvaro Santos aclaró que la propuesta era igual que la que unánimemente se aprobó en el 2011, sin aumentar ni un céntimo el coste que supone el gobierno. Se trataba de dos dedicaciones exclusivas para PSOE, tres para el PP y una para el BNG: «Esta é das deputacións máis baratas de Galicia e desde o 2007 ata agora supuxo un aforro do 20% con respecto ao anterior goberno popular», aclaró. Sin embargo, el portavoz popular José Antonio García anunció una enmienda para que prime el criterio de proporcionalidad, por lo que «cremos que ao BNG lle debe corresponder media dedicación». La propuesta fue recibida con críticas por parte de los nacionalistas. El diputado Xosé Ferreiro declaró que la enmienda es una incongruencia, puesto que cuando Candia fue elegida presidenta «ofrecéronnos dúas dedicacións exclusivas, en vez de unha, que é o que propoñemos agora, así que o criterio da proporcionalidade úsase en función das circunstancias». También aclaró que el coste de la actividad política es casi el mismo «téñanse dous ou dez deputados».

El resultado de la votación fue de 13 a favor de la enmienda y 12 en contra, puesto que Manuel Martínez rompió la disciplina de voto y apoyó la propuesta popular. El diputado socialista pidió al presidente, Darío Campos, que le dejase explicar su voto, y así lo hizo: «Este voceiro e grupo sempre defendeu que todos os grupos tiveran recursos, con máis ou menos deputados», pero aclaró que su voto «é a esencia e o respecto escrupuloso do pacto entre o BNG e o PSOE, no que se pedía proporcionalidade». El acuerdo incluía, aclaró, «adelgazar as institucións e darlles recursos en función do número de deputados» y añadió que, gracias a su voto, la Diputación dispondrá de más recursos económicos. Además, acusó a los nacionalistas de defender la teoría el adelgazamiento de las instituciones, pero en la práctica «arramplar con todo o que colle polo seu lado», así que su voto «permitirá» que «as políticas e as ideas que predica o BNG sexan unha realidade; o demais son músicas e eu non estou para tocar».

Ferreiro no tardó en contestar, afirmando que desde que tomó posesión como diputado «chamáronme de todo, yihadista, membro dunha secta...», aclaró que «non lle pido a ninguén nada que non me aplique a min mesmo» y que si él o Veiga hubieran actuado como Martínez «a nosa organización non nos permitiría seguir aquí». También aclaró que el BNG se financia con fondos públicos y con las cuotas de los afiliados, porque «non temos grandes bancos nin corporacións detrás, non temos ocultacións», y advirtió que «este tipo de alianzas un tanto estrañas xa veremos en que derivan».

Otro de los puntos que generó debate fue el relativo a la aprobación del cuadro de personal. Santos reiteró que la propuesta incluye las mismas cantidades que las aprobadas por unanimidad en el 2011. Sin embargo, el portavoz popular Juan Carlos Armesto propuso eliminar, como ya se hizo en julio del 2015, el asesor I de presidencia, con una retribución de más de 50.000 euros, y eliminar una partida de unos 185.000 euros con los que el BNG tenía contratados a siete asesores. Martínez también apoyó la enmienda. La respuesta de los nacionalistas fue inmediata. Ferreiro calificó las enmiendas del PP como «unha persecución ao BNG, unha caza de bruxas, unha auténtica mostra de hostilidade». Pero, advirtió: «Pódense poñer patas arriba, que non nos han calar (?) Levantamos a nosa organización con moito esforzo e seguiremos traballando, con ou sen medios». También aclaró que la propuesta del gobierno cumple la proporcionalidad porque el BNG gestiona el 30% de las áreas y esa es la proporción que proponían que se otorgase en presupuesto. «Agora faremos o mesmo traballo, pero con menos persoal»

Por su parte, el vicepresidente, el nacionalista Antonio Veiga, calificó la situación como «esperpéntica» y «bochornosa». Incluso llegó a calificar al exportavoz provincial del PP, José Manuel Barreiro, como «unha persoa xenerosa» porque con él sí que habían llegado a acuerdos sobre las retribuciones. También acusó al PP de «caer nos brazos» de Martínez para «fastidiar ao BNG».

Santos consideró la postura del PP como un «rancor contra a democracia que o colocou no seu sitio, que é o banquillo da oposición».