Un toro embiste y mata a un ganadero de 31 años en su establo de Cospeito

Tania Taboada

COSPEITO

Alberto López

«He visto morir a mi hijo con todo el sentido y mal atendido; voy a denunciar el caso», asegura el padre

21 abr 2017 . Actualizado a las 07:52 h.

Joan Daniel Pagespetit Álvarez, un ganadero de 31 años natural de Cataluña pero afincado en Cospeito desde hace más de cuatro años, falleció pasadas las doce de la mañana de ayer en un espeluznante accidente laboral.

El hombre, que había abandonado Gerona para dedicarse al oficio que le apasionaba desde pequeño, la ganadería, se encontraba en el establo con unos terneros cuando un toro, el único de la granja, lo embistió por detrás y lo aplastó contra una pared.

Alberto López

Fue un vecino el que escuchó gritos de dolor y avisó a sus progenitores, que se encontraban limpiando otro establo colindante. «Pasaba por aquí y oí una voz desvaída y pidiendo auxilio. Me paré a escuchar y de segundas oí «Pepe, chama a meus pais». Entré al establo y me lo encontré acostado y enroscado», relató Jose, quien explicó que sangraba por la boca y el oído pero estaba consciente. «Salí corriendo a buscar a los padres que estaban limpiando otra cuadra y llamamos a la ambulancia», manifestó este vecino.

Según relató el padre del fallecido, Juan Pagespetit, los médicos tardaron media hora en llegar y la ambulancia unos sesenta minutos. «Vi como agonizaba y se moría. Me dijo, ‘papá me ha pillado el toro y me ha hecho mucho daño. Me falta oxígeno’», indicó su progenitor entre lágrimas. «Pobre criatura. Ha estado una hora esperando a los servicios sanitarios. Hubiera muerto o no pero esta tardanza no se puede consentir. Lo he visto morir con toda la cabeza y mal atendido; voy a denunciar el caso», adelantó Juan Pagespetit.

Hace seis años esta familia fijó su residencia en Galicia. «Estábamos en Gerona y nos vinimos con él para que no estuviera solo», indicó su padre, quien explicó que la abuela materna del fallecido residía en Torés, en la montaña lucense. «Decidimos dejar la montaña y acabamos en Cospeito por las instalaciones. El terreno era más llano y la tierra más fácil de trabajar. Buscamos una nave grande y acabamos con 30 reses», explicó Juan. Tal era la pasión de Joan por la ganadería que tenía en trámites la compra de otra granja con 40 vacas.

Con respecto al toro que le produjo la muerte al ganadero, y que respondía al nombre de Marelo, el padre explicó que tenía cuatro años. «Lo criamos en Torés. Decidimos conservarlo porque era un ternero de raza blonda y muy bonito», explicó Juan, quien ayer ya arreglaba los papeles para su sacrificio. Tras practicarle la autopsia, Joan Daniel será enterrado en Gerona.